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Opinión

El ISIS amenaza la meca de las inversiones

Jose-Maria-Triper

José María Triper
Corresponsal económico de elEconomista.


La demencia terrorista del autodenominado Estado Islámico (ISIS) empieza a apuntar ya como un efecto desestabilizador sobre las grandes economías de Oriente Medio, que al descenso de sus ingresos por el abaratamiento del petróleo suman ahora una posible paralización de sus nuevos proyectos de inversión en infraestructuras por el efecto colateral de la respuesta militar de Occidente, Rusia y China contra los fanáticos y el cerco para cerrar sus fuentes de financiación.

Un impacto en la región que repercute también muy negativamente en las empresas españolas que habían dirigido sus esfuerzos hacia este área geográfica como relevo de los BRICS, inmersos en una recesión que afecta especialmente a Brasil, Rusia y China. De hecho, los responsables de la administración comercial española admiten ya que se empieza a notar una cierta desaceleración de las ventas españolas a Oriente Medio. afectando sobre todo a los bienes de equipo y aeronaves.

Palabras que se ven corroboradas por las cifras de nuestro comercio exterior que en el mes de septiembre muestran una caída del 18,7 por ciento en las exportaciones a los Emiratos Árabes, acompañada de los también descensos del 28 por ciento de las ventas en Egipto, del 9,7 por ciento en Argelia y del 6,9 por ciento en Marruecos, mercados estos últimos que, no olvidemos, son los principales clientes y los primeros destinos de inversión en África para las empresas españolas.

Probablemente esta es una de las razones que los esfuerzos diplomáticos y las misiones de las autoridades económicas a Singapur para atraer el interés hacía nuestro país de uno de los mayores fondos soberanos de inversión del mundo, el GIC. Esfuerzos que se intensifican también en Malasia, Indonesia y Filipinas, países de especial interés como receptores de bienes, servicios y capitales para infraestructuras y que en el caso de Malasia se añade también que posee unas reservas de 3.200 millones de barriles de petróleo y cerca de 87,5 trillones de pies cúbicos de gas.

Es la estrategia de la diversificación, sobre todo porque la locura del ISIS está desafiando ya a la hasta ahora Meca de las inversiones.

José María Triper
Corresponsal económico de elEconomista.

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