El naufragio de la competitividad - Moneda Única
Opinión

El naufragio de la competitividad

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El artículo, escrito por Jose María Triper, destaca los factores que desfavorecen la competitividad exterior de las empresas españolas.

El Fondo Monetario Internacional ha dado el aviso. El sector exterior que fue clave en España para la salida de la crisis financiera de 2008-2013 se encuentra amenazado por la caída del comercio derivada de la invasión rusa de Ucrania, pero, sobre todo, por la elevada inflación que es la más alta de la UE, y por la posibilidad de elevados incrementos salariales. Factores que están perjudicando la competitividad exterior de nuestras empresas, bienes y servicios y que incidirán en que el superávit por cuenta corriente de España será prácticamente nulo este año y el que viene, y que sólo en 2027 volverá a presentar una cuantía suficiente, aunque todavía inferior a los dos puntos de PIB que suponía antes de la crisis del coronavirus.

Un toque de atención que, pasados ya los fastos de la cumbre de la OTAN, prueba que el gobierno ha superado con notable alto en cuanto a la organización y no tanto en lo que a objetivos se refiere, obliga a la factoría Sánchez&Cia Producciones a enfrentarse a la cruda realidad de un país a las puertas de la recesión, con la mayor tasa de inflación de las grandes economías europeas a pesar de ser el país menos dependiente del gas ruso, con los españoles sufriendo la mayor pérdida de poder adquisitivo de los últimos 45 años y en vísperas del cambio de orientación en la política monetaria de la UE, que ya se nota en la subida de los tipos de interés y en la escalada de la deuda pública. Males para los que no parecen tener respuesta y que intentan combatir con parches y limosnas como el tope del gas, la subvención a los carburantes y el cheque de 200 euros para las familias vulnerables.

Una tormenta perfecta que, como advierten desde la patronal CEOE está generando “un mayor grado de incertidumbre que contiene las decisiones de inversión y consumo y supone un riesgo para la estabilidad fiscal”, además de una “pérdida de competitividad acumulada de la economía española” como consecuencia de la mayor subida de nuestros precios y costes en relación con los de nuestros competidores europeos.

De hecho, los últimos datos de Aduanas correspondientes al primer cuatrimestre de este año, muestran que frente al aumento del 23,2% del valor de nuestras exportaciones, pero sólo un 5% en volumen, las importaciones españolas crecieron un 39% en valor y un 15% en volumen, generando un déficit comercial de 21.810,9 millones de euros, cuatro veces superior a los 4.559,7 millones del mismo período de 2021, mientras que el saldo negativo de la balanza corriente se elevaba a 1.200 millones de euros, tres veces más que un año antes.

Una factura exterior que unida al aumento de los precios de la energía de las materias primas, del transporte y a las dificultades de suministro de materiales y de componente se empieza a reflejar ya en una desaceleración de la creación de empleo, como muestran los datos del paro registrado en junio, un mes tradicionalmente favorable para el mercado de trabajo pero que este año ha sido el peor junio desde 2009, descontando el año del COVID, con una caída del desempleo casi cuatro veces inferior a la del mismo mes del año pasado y con la mitad de nuevos puestos de trabajo creados.

Y estos son datos reales, avalados por las estadísticas, por Eurostat y por los organismos independientes que nada tienen que ver con contubernios de poderes oscuros políticos, económicos o mediáticos Sólo le faltaba a Sánchez inventarse una conspiración judeomasónica para identificarse a imagen y semejanza de ese dictador Franco que tanto le obsesiona y al que tanto recurre para intentar tapar sus fracasos, sus incumplimientos y el déficit de competitividad de su gobierno.

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