Entrevista realizada a Luis Rodríguez-Ovejero, Presidente Grupo SATEC, publicada en la edición de Mayo-Junio de 2020 en Moneda Única. |
“Las TICs serán clave para contribuir a crear un sistema de Prevención que anticipe una futura pandemia”
¿En qué consiste el proyecto desarrollado por Satec.health en relación con la COVID-19?
Ante la repentina invasión de la pandemia, nuestra primera reflexión se centró en cómo ayudar a nuestra organización ante una eventual saturación asistencial y decidimos abordar dos cuestiones prioritarias: la primera un registro de la situación de nuestro colectivo para conocer y valorar la incidencia de la enfermedad en nuestra organización y poder actuar en consecuencia. La segunda vertebrar un mecanismo de atención paralelo y complementario al Sistema de Salud basado en la teleasistencia.
En este sentido, fue de gran ayuda nuestro portafolio de metodologías y aplicaciones, fruto de experiencia de muchos años en despliegues de tecnología, aplicaciones y servicios en el campo de la salud lo que nos permitió crear la plataforma.
A medida que progresábamos, anticipamos los elementos clave con que nos íbamos a encontrar y el más significado fue, sin duda, cómo combatir el contagio una vez se permita la vuelva a la normalidad.
Contamos con un valor capital al disponer (mediante el registro activo) de una información actualizada y permanente del estado de salud de cada individuo con lo que nuestra primera tarea sería asegurar que nadie con potencial de contagio se incorporará a la actividad presencial.
La segunda sería ganar tiempo al contagio con la detección temprana de los nuevos focos. Contamos con nuestra experiencia en gestión de localización y aplicaciones analíticas lo que nos permite prever, con anticipación, el riesgo de contagio en base a la información y mediante la trazabilidad.
¿Cómo está siendo su implementación? ¿Qué clase de complicaciones o, por el contrario, ventajas no previstas, está presentando?
La implementación está siendo satisfactoria y estamos a punto de concluir la fase de confinamiento con unos muy buenos resultados. Hemos logrado que, prácticamente, la totalidad de nuestro colectivo (más de 1000 personas en España) registre y actualice periódicamente su situación relativa a la salud. A partir de aquí, el flujo de triaje de los síntomas y la atención médica han logrado identificar a los pacientes y atenderles, descargando al Sistema de Salud. Hemos tenido alrededor de un 20% de nuestro personal afectado, por suerte ninguno ha requerido hospitalización y hemos realizados cientos de consultas con telemedicina, pruebas, etc…
De cara a la vuelta a la normalidad vemos con satisfacción que disponemos de un muy alto grado de certeza que nuestros empleados no van a ser un foco de contagio a la hora de reincorporarse a trabajar. A partir de aquí, y ese es ya otro reto, viene nuestra lucha contra el tiempo y la detección de los nuevos focos que, con gran probabilidad, van a surgir.
¿Cuáles son los retos del sector TIC tras la pandemia?
Las TIC tienen, en mi opinión, retos en una gran diversidad de cuestiones relacionadas con la pandemia. En la fase de arranque, donde el temor es el riesgo de la saturación y caos del Sistema de Salud, las TICs pueden contribuir poniendo los medios mediante el uso de teleasistencia o el registro y control de la incidencia en las organizaciones. En la fase de vuelta a la normalidad el reto radica en la lucha contra el contagio monitorizando la actividad de los colectivos y la detección temprana de focos. Mediante un conocimiento preciso de la situación clínica y el uso de tecnologías de seguimiento y localización se puede detectar y prevenir el contagio.
Posteriormente las TICs, si se conservan las rutinas de registro y seguimiento de la salud desde las organizaciones, serán clave para contribuir a crear este sistema de Prevención que anticipe una futura pandemia.
Otro reto capital de las TIC es el teletrabajo. En nuestro caso, y por la naturaleza de nuestra actividad, ha tenido un impacto masivo y hemos logrado, prácticamente, mantener los niveles de actividad y, en muchos casos responder a una importante demanda de las organizaciones en sus procesos de implementación del acceso remoto.
¿Cómo puede ayudar SATEC a superar esos retos a las empresas e instituciones?
Como en tantas otras disciplinas, la información tan solo ayuda o facilita ya que es una disciplina instrumental y, sin embargo, su importancia es capital: evitar que las decisiones sean ciegas o lentas; permitir que el conocimiento sea remoto a través de la atención tele médica o detectar anticipadamente un contagio salvarían muchas vidas.
Sin restar importancia a estas cuestiones, en nuestra opinión, el gran reto está en la prevención. Los daños a la salud son los efectos ya que las causas radican en la carencia estructural de un sistema de prevención que, de existir, lo habría evitado. Este sistema de anticipación sería, esencialmente, un sistema de información de alarma temprana y esto compete a las TICs en la esencia de nuestro oficio. Esta realidad, en mi opinión, se ve todavía desenfocada y no recibe, en la mayoría de los países, suficiente nivel de atención, ya no solo mediática sino institucional. Parece necesaria una estrategia clara y visión global que tendrá que venir de la concienciación colectiva y del posibilismo. Si todas las organizaciones adoptasen medidas como las que nosotros hemos abordado existiría la base del conocimiento y buenas prácticas que lo harían posible.
Por último, ¿qué nos ha enseñado o nos está enseñando esta crisis, desde el punto de vista empresarial?
Esta crisis, como todas, pero en mucha mayor medida, traerá a cada empresa conciencia de abordar cambios estructurales, con gran probabilidad conocidos y quizás nunca valorados en su importancia. A nosotros nos ha enseñado de dos maneras: la primera valorando todo el esfuerzo realizado en los sistemas de información, infraestructuras y herramientas, que nos han permitido migrar a teletrabajo a la práctica totalidad de nuestra organización. Sin estas infraestructuras y servicios nuestra transición hubiera sido mucho más traumática y lenta. Una segunda enseñanza, capital, es la de establecer una plataforma de riesgos laborales digital y ágil que nos permita atender a nuestro colectivo de forma mucho más eficaz y directa. Nos hemos puesto manos a la obra y, de ahí, ha nacido nuestra iniciativa.
En las crisis se multiplican los efectos de las carencias y es con sufrimiento como se supera la resistencia al cambio. Podría ser diferente pero así es la naturaleza humana. Toda crisis desencadena un cambio fruto de un aprendizaje, con frecuencia conocido o sopesado, y tiene por tanto una enseñanza que se asimila en los modos de vivir y trabajar.