Publicamos algunas de las conclusiones acerca de las expectativas de la actividad empresarial extraídas en un reciente artículo elaborado por técnicos del departamento de Análisis de la Situación Económica, del Banco de España sobre una amplia encuesta realizada a las empresas españolas en relación a la evolución de su actividad durante el primer trimestre de 2023.
Conclusiones principales
Las empresas perciben un ligero deterioro de su facturación en el primer trimestre de 2023, tras la caída de los dos trimestres anteriores, aunque las perspectivas para el siguiente son positivas.
El empleo, por su parte, se habría mantenido en niveles similares a los del cuarto trimestre del año pasado.
Se percibe una continuación de la moderación de las presiones de los costes de producción, aunque los precios de venta repuntaron en el primer trimestre. Las expectativas, tanto a corto como a medio plazo, indicarían menores aumentos de costes y precios de venta; en cambio, aumentan ligeramente las expectativas de costes laborales a un año.
El impacto negativo sobre la actividad de las empresas de los problemas de suministro disminuye significativamente, al tiempo que se frena el deterioro de las condiciones de demanda; por el contrario, tienden a acrecentarse los problemas asociados a la falta de disponibilidad de mano de obra.
Encuesta EBAE
Este artículo presenta los resultados de la edición más reciente de la Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial (EBAE), correspondiente al primer trimestre de 2023.
Los resultados de la encuesta sugieren que en el primer trimestre la facturación habría mantenido el tono de debilidad observado en la segunda mitad del año pasado, aunque el descenso de esta variable es algo inferior al previsto por las empresas hace tres meses.
Facturación empresarial
Por ramas de actividad, la evolución de la facturación empresarial mantiene una notable heterogeneidad. En particular, cabe destacar el comportamiento favorable de los servicios de información y comunicaciones. En el extremo opuesto, la peor evolución de la facturación se observa en la agricultura y el comercio (que ya habían mostrado un tono negativo en el trimestre pasado) y la construcción (cuya variación había sido, por el contrario, positiva en el trimestre anterior). En la industria, la actividad empresarial se habría mantenido prácticamente sin cambios en comparación con el cuarto trimestre de 2022.
Empleo
El comportamiento del empleo en el trimestre en curso habría sido algo menos favorable en esta edición de la encuesta que en las seis anteriores. Sin embargo, la evolución de la ocupación reportada para el primer trimestre del año es sensiblemente mejor de lo que las empresas esperaban hace tres meses.
La proporción de sociedades que indican que la ocupación se ha mantenido estable ha aumentado (hasta el 72,1% de las compañías de la muestra, frente al 65,3% de hace tres meses) mientras que el porcentaje de empresas cuyo empleo aumenta en este trimestre (14,6%) sigue siendo algo superior al de aquellas en las que desciende (13,3%).
Para el segundo trimestre de 2023, las perspectivas son más favorables. En concreto, el indicador de evolución trimestral prevista del empleo apunta a un incremento que, de confirmarse, sería el más alto de la serie.
Decisiones de inversión
Los resultados de la encuesta muestran un empeoramiento de la actividad inversora de las sociedades en el primer trimestre del año, período en el que el 13,2% de las empresas aumentaron su inversión, frente al 17,7% del trimestre previo.
Por ramas de actividad, el mejor comportamiento de la inversión se concentró en ciertos servicios, como información y comunicaciones y ocio, mientras que, en la agricultura, comercio y transporte la evolución fue negativa.
Costes y precios
En relación con la evolución de los costes de los consumos intermedios, los resultados de la encuesta sugieren una cierta moderación adicional de las presiones inflacionistas en este trimestre, que, no obstante, seguirían siendo elevadas. Aunque una mayoría amplia de las empresas (un 71,7% del total) manifiesta seguir experimentando un aumento adicional de los precios de sus inputs productivos en el primer trimestre del año, esta proporción es inferior a la del trimestre pasado. Se ha observado, además, un descenso más acusado de las empresas que declaran que el aumento de costes ha sido significativo.
En cuanto a las perspectivas de corto plazo, las sociedades encuestadas anticipan una notable relajación adicional de las presiones inflacionistas de costes en el segundo trimestre, que situaría al indicador en niveles inferiores a los observados a finales de 2021.
Perspectivas a un año
Cuando se pregunta a las empresas por sus perspectivas a un año vista, los resultados apuntan en la misma dirección: los encuestados esperan que la presión de costes de los inputs siga siendo elevada, pero algo menor que la prevista hace tres meses para el mismo horizonte temporal. En concreto, el 69,8% de las sociedades esperan que, dentro de un año, sus costes sean superiores a los actuales.
La magnitud del descenso es significativamente mayor entre el subconjunto de empresas que esperan que la magnitud del aumento de costes dentro de un año sea significativa. Sin embargo, en el caso de los costes laborales, las previsiones de incremento a un año vista han aumentado levemente respecto al trimestre pasado, lo que sugiere que existe un cierto desfase en la traslación de las presiones inflacionistas a los costes laborales. En concreto, el 74% de las empresas esperan, en la actualidad, que se produzcan crecimientos de esta variable.
Aumento de la inflación
En línea con lo esperado, el vínculo de los salarios con la inflación es elevado, en la medida en que solo el 19,1% de las empresas declaran que no existe una relación entre ambas variables.
Solo un 9% de las empresas declara que existe una vinculación muy estrecha de los salarios con la inflación pasada (más alta en la industria, del 15%, en consonancia con la mayor presencia de cláusulas de garantía salarial en esta rama11), mientras que en un 26,7% de las empresas este vínculo es parcial.
Para el 45% de las empresas, la inflación prevista para este año actuaría como referencia para la determinación salarial, con un 22% que declara un vínculo muy estrecho y un 23% que manifiesta un vínculo parcial. El diferente grado de indiciación salarial desempeña un papel relevante a la hora de determinar las perspectivas salariales de las empresas.
En cuanto a la evolución de los precios de venta, se contempla, en este trimestre, un incremento de las tensiones inflacionistas, muy en línea con lo esperado hace tres meses. Es posible que ello refleje un efecto calendario, ya que, en muchas actividades, los ajustes de precios suelen concentrarse a principios de año. En el primer trimestre, un 43,8% de las empresas afirma haber subido sus precios.
En cuanto a las perspectivas para el segundo trimestre, se contempla, por el contrario, una disminución, hasta el 34,8%, de la proporción de empresas que tienen la intención de elevar sus precios.
En un horizonte de un año, se detecta una moderación en las expectativas de aumentos de precios. En concreto, el porcentaje de empresas que esperan encarecer sus productos en los próximos doce meses se reduce hasta el 55%. No obstante, en conjunto, según los indicadores utilizados, los incrementos actuales y previstos para los precios de venta siguen siendo inferiores a los registrados en el coste de los consumos intermedios.
La proporción de empresas que está registrando una disminución de sus beneficios en el primer trimestre (34,7%) supera claramente a la de aquellas que están observando un aumento (14,6%). La reducción de beneficios estaría siendo más intensa en aquellas empresas pertenecientes a ramas que se enfrentan a crecimientos más elevados en el coste de sus inputs energéticos.
Factores que inciden sobre la actividad
En cuanto a los condicionantes de la actividad en este trimestre, los resultados apuntan a un impacto menor de la incertidumbre relacionada con la pandemia o la política económica, si bien esta última continúa siendo citada por más de la mitad de las empresas como factor limitante. La escasez de demanda experimenta también un leve retroceso de su incidencia como factor limitativo de la facturación, después de haber mostrado una tendencia al alza en la segunda mitad de 2022.
Por ramas de actividad, el descenso se ha observado especialmente en este trimestre en las actividades de comercio e industria. Entre los factores de oferta, el aumento del coste de los inputs energéticos sigue afectando negativamente a un porcentaje muy elevado de las empresas encuestadas (un 77%), aunque algo inferior al de los trimestres anteriores.
La incidencia negativa sobre la actividad de las empresas de las dificultades para recibir suministros de los proveedores habituales continúa retrocediendo en el primer trimestre. En concreto, es mencionado como un factor adverso por el 24% de las empresas encuestadas.
La escasez de mano de obra eleva por quinto trimestre consecutivo su impacto negativo sobre la actividad empresarial en esta edición de la encuesta, percepción que comparten el 35% de las compañías.
Por ramas, estas dificultades continúan siendo especialmente pronunciadas en la hostelería y la construcción (donde el 52% y el 50% de las empresas declaran estar afectadas, respectivamente).
Esta heterogeneidad sectorial es relevante a la hora de entender las diferencias en las expectativas de precios a medio plazo (definido a efectos de este análisis como un año) ya que es precisamente en esas dos ramas donde se observan mayores expectativas de aumentos de precios en un
horizonte de un año.