Enrique Cuadra - Moneda Única
Entrevista a Enrique Cuadra, Director Corporativo de Riesgos, Información y Siniestros de Solunion, para Moneda Única

“Necesitamos actualizar el modelo económico para que se adapte a los retos y necesidades de las próximas décadas”

La crisis sanitaria y su impacto sobre las economías han cambiado la deriva del comercio mundial. Aunque 2021 será el año en el que la luz empiece a disipar las sombras la recuperación de la que ya se da casi por seguro que tendrá forma de K, plantea unos desafíos que, para Enrique Cuadra, director corporativo de Riesgos, Información y Siniestros de Solunion, exigen cambios en la cultura, visión empresarial y diseño de las políticas económicas. Especialmente en el sector exterior que se enfrenta a la amenaza proteccionista en Europa tras el Brexit y a la ralentización de la economía en Latinoamérica, mercado natural para las exportaciones españolas. Cuadra advierte, además, del incremento del número de insolvencias a nivel global en el segundo y tercer trimestre de 2021.

Tras el estallido de la pandemia del COVID, ¿cuál es el futuro del comercio internacional?

Las previsiones que manejamos en Solunion indican la caída del comercio mundial de bienes y servicios podría alcanzar el -13% en 2020 frente al -11% registrado en 2009. Aunque 2021 supondrá un repunte técnico del +7%, los niveles previos a la crisis no se alcanzarán hasta 2023. En este sentido, Estados Unidos y los países de Europa Occidental se sitúan a la cola de la recuperación del nivel de exportaciones anterior a la pandemia, por detrás de países como China, mercados emergentes asiáticos y países de Europa del Este.

Dada la situación de incertidumbre y crisis global de las economías, ¿es previsible un incremento de las políticas proteccionistas?

Actualmente nos encontramos en un periodo volátil e incierto, en el que muchos procesos aún no han finalizado. Por ejemplo, aunque tras el resultado final de las elecciones tenemos algunas pistas sobre su orientación, estamos pendientes de las medidas que se tomarán en materia de política exterior en Estados Unidos tras la elección de Joe Biden. Otro tema del que debemos estar pendientes será la resolución del Brexit, con o sin acuerdo. Un mal acuerdo o una salida sin acuerdo podría derivar en la aplicación de medidas más proteccionistas por parte de la UE.

Según el Banco Mundial la economía latinoamericana se contraerá un 7,9% este año, ¿deben las empresas españolas exportadoras pensar en desinvertir en la región?

No recomendaría desinvertir, ya que los riesgos de la región son bien conocidos por las empresas españolas igual que el potencial que representan estos mercados. Sí que es posible que se ralentice el ritmo de inversión hasta que estos países consoliden su recuperación y sobre todo estabilicen el tipo de cambio frente al euro. Además, en España se está viendo cómo las empresas exportadoras están resistiendo mejor a la actual coyuntura económica y Latinoamérica es una región natural de expansión para nuestras empresas. Cabe recordar que, incluso en tiempos de crisis, siempre hay oportunidades. Es fundamental identificarlas, afrontarlas con prudencia, analizar el entorno y también contar con mecanismos de protección como el seguro de crédito. De esta manera, las empresas pueden garantizar un crecimiento sostenible.

¿Qué previsiones manejan de cara a la recuperación en Latinoamérica, especialmente en países como Brasil, México o Perú?

Esperamos una caída del PIB del 7,9% en Latinoamérica y un crecimiento del 3,3% en 2021. Esto supone que la recuperación en el Continente será más lenta que la media mundial. Brasil suavizará un poco esta caída con un decrecimiento este año del 6,5% y únicamente un crecimiento del 2,5% el año que viene. La situación de México es algo peor con una caída del 10,5% en 2020 y una recuperación del 4,4% en 2021. Esto supone que ambos países necesitarán entre 10 y 12 trimestres para recuperar el nivel Pre-COVID. La caída en Perú será aún más pronunciada, pero con una recuperación mucho más rápida, -12% y +9,1% en 2020 y 2021, respectivamente. Esta situación de rápido rebote también se dará en otras economías importantes de la región, como Colombia, Chile o Panamá.

La caída del turismo ha impactado gravemente sobre la industria aeroespacial. De hecho se espera que las entregas de los aviones se reduzcan a la mitad. En España este sector representa el 7,3% del PIB industrial, ¿cuáles son las soluciones para evitar el derrumbe del sector?

En efecto, la recuperación del sector aeroespacial se está viendo frenada en el segundo semestre de 2020 debido a la llegada de una segunda ola del virus. Se espera que el tráfico aéreo no recupere los niveles anteriores a la crisis hasta 2024 y, en este contexto, las entregas de aviones, principalmente aquellos de gran capacidad destinados a vuelos más largos (o internacionales), se han visto muy afectados.

La producción se está reorientando para abastecer los mercados domésticos de China y EE.UU. que son los únicos mercados que podrían hacer subsistir a la industria en 2021 y 2022. Progresivamente se irá incorporando la UE, ya que la recuperación se estima que será más lenta que en los dos mercados mencionados antes.

Este sector sin duda necesitará, tanto en España como en el resto de la UE, importantes apoyos de la UE para mantener la ventaja competitiva que esta industria tiene frente al resto del mundo, pero igualmente la industria necesitará ajustar costes para recuperar la rentabilidad lo más rápido posible.

La pandemia ha dado un importante espaldarazo al comercio electrónico, ¿existe riesgo de burbuja en este sector? ¿cuáles son las empresas que subsistirán?

La pandemia no ha hecho más que acelerar una tendencia que ya era imparable. La coyuntura actual quizá haya hecho que se adelanten cuatro o cinco años sobre el desarrollo que veníamos observando. Esto supone, como casi siempre, que tendremos amenazas pero también oportunidades. Las empresas que estaban más rezagadas en esta trayectoria tendrán más dificultades para seguir el ritmo que el mercado está imponiendo y también esta situación dará lugar a la creación de nuevos líderes. No hablaría por lo tanto de burbuja, pero sí que observaremos en próximos trimestres un incremento de insolvencias en las entidades más débiles con respecto a su posicionamiento en el comercio electrónico.

¿Cuáles son los sectores que están concentrando el mayor número de impagos?

A principios de año estábamos observando un mayor porcentaje de impagos en el comercio minorista y una tendencia creciente en el sector construcción. Sin embargo, las cifras eran relativamente bajas debido a la buena tendencia de la economía en los últimos años. De todas formas, desde finales de 2018 venimos observando una ralentización de la actividad económica, lo que tiene una correlación con el número de impagos. Actualmente las ayudas estatales están conteniendo gran parte de las insolvencias, pero ya hemos empezado a observar un crecimiento sostenido de insolvencias y moras prolongadas en servicios no financieros, comercio minorista y construcción. En general, las empresas exportadoras están resistiendo algo mejor la actual coyuntura, pero hay pocos mercados extranjeros exentos de riesgos, así que también se están viendo afectadas este tipo de empresas.

Un reciente informe de Euler Hermes, destaca la mejor posición de partida del sector textil de cara a la recuperación…

Así es. Según los datos que maneja Euler Hermes, uno de nuestros accionistas, se espera que la facturación de la industria textil europea caiga un 19% en 2020 y se recupere un 15% en 2021, alcanzando los niveles previos a la crisis en 2023. No obstante, según las previsiones, esta industria se caracteriza por su capacidad de adaptación a situaciones adversas, su apuesta por la digitalización de los procesos y la importancia de la sostenibilidad en todas las fases productivas.

De esta manera, el apoyo público a la industria podría favorecer una recuperación más rápida, de la misma forma que lo harán la adopción de nuevas tecnologías y un enfoque dirigido a la producción de calidad frente a la conocida como “fast fashion”, lo que supondría un incremento de la producción textil en Europa.

¿Qué previsiones de insolvencias manejan de cara a final de año y cuáles serán los países o regiones más afectadas? ¿Y los sectores?

Las declaraciones de insolvencia están aumentando, aunque en la actualidad todavía se encuentran en niveles bajos. No obstante, según los datos que manejamos, veremos una aceleración del número de insolvencias a nivel global en 2021, principalmente durante el segundo y tercer trimestre del año, cuando las medidas de apoyo temporales proporcionadas por los Gobiernos a raíz de la crisis sanitaria lleguen a su fin. Se prevé un aumento de las insolvencias empresariales de +31% para 2021 en España.

Esto no afectará solo a España, sino a nivel global. A finales de 2020, la mayoría de los países registrarán un aumento de las insolvencias, que oscilará entre +21% en Asia y +64% en Norteamérica. Las mayores subidas se registrarán en Norteamérica, Latinoamérica y Europa Central, mientras que Europa Occidental y Asia registrarán un incremento más alto en 2021.

En este sentido, los sectores más afectados serán aquellos que ya se encontraban en situaciones de dificultad antes de la crisis: transporte, automóvil, comercio minorista no esencial, hostelería y restauración. El sector de la energía también podría pasar por algunas dificultades, si bien no serán tan relevantes a largo plazo.

¿Qué actuaciones debe impulsar el Gobierno de España para que los Fondos de Recuperación Europeos (European Next Generation) sean eficientes de cara a la reactivación de la economía española?

La Unión Europea ha marcado una serie de sectores como estratégicos y que tendrán mayor facilidad para acceder a estos Fondos. Esto supone que, en cierto modo, necesitamos actualizar el modelo económico del país para que se adapte a los retos y necesidades de las próximas décadas. En este sentido, sería bueno impulsar la firma de un acuerdo de gran alcance y horizonte temporal largo, no solo con el resto de partidos políticos, sino también con agentes sociales y económicos.

Las empresas, en general, muestran una gran capacidad de adaptación y resiliencia, lo único que necesitan es un entorno estable en el que operar y, de esa manera, podrán contribuir tanto a la recuperación económica como a la creación de empleo.

¿Qué papel jugaran las pymes en la recuperación? ¿Deben las grandes empresas reforzar su papel de tractor?

Según un informe de Euler Hermes, el 47% de la población activa española trabaja en una empresa de menos de 20 empleados, frente al 37,5%, de la Unión Europea. Las pymes son clave para el tejido empresarial español, pero también son más vulnerables a la crisis sanitaria, de ahí que la pronta recuperación sea fundamental para su supervivencia.

Es importante que los acuerdos que se firmen en los próximos meses tengan en cuenta las necesidades de las pymes, ya que son fundamentales para mantener el empleo, el consumo y la prosperidad del país a medio plazo.

En línea con la pregunta anterior, ¿creen que el escenario actual favorecerá que nuestras empresas empiecen a ganar tamaño?

La anterior crisis global supuso la desaparición de miles de empresas, pero también propició varios cambios en los estilos de gestión y las estrategias empresariales. Por ejemplo, el número de empresas exportadoras prácticamente se duplicó en pocos años y bajó el nivel de endeudamiento medio de las empresas españolas. Las empresas que se adapten más rápido a la coyuntura actual, sin duda, crecerán, pero también hay miles de empresas en riesgo de desaparecer. Lo más probable es que la facturación de la pyme media española crezca, pero motivado por el menor ritmo de creación de nuevas empresas y el mayor ritmo de desaparición de compañías, comparado con los años anteriores. Pero cuando el entorno económico se estabilice y recomencemos la senda del crecimiento, volverá a crecer el número de empresas gracias a los emprendedores.

¿Qué definirá la economía del futuro?

De todas las crisis económicas se obtiene un aprendizaje. En esta ocasión, la paralización de la actividad comercial ha cambiado la forma en la que la sociedad, en general, estaba acostumbrada a funcionar. La economía del futuro tendrá que venir impulsada por estructuras más flexibles y diversificadas, capaces de adaptarse a los imprevistos y construidas para aguantar largos periodos de incertidumbre. Pero quizá el cambio más importante que se producirá es que las sociedades y, por lo tanto, la economía, serán más respetuosas con el medio ambiente y la salud y bienestar de los individuos.

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