Jaime Palafox - Moneda Única
Director de Asuntos Económicos e Internacionalización de FIAB.

“El sector de la alimentación parece ofrecer una perspectiva relativamente positiva”

El sector agroalimentario español nos está dando alegrías en el extranjero, pero la demanda interna sigue contrayéndose. ¿Qué perspectivas existen para los próximos años?

Es cierto que en términos interanuales estamos en descenso, pero cabe señalar que los últimos meses reflejan unos datos de consumo positivos. Hemos de ser conscientes de que somos un sector básicamente anti cíclico, lo que supone que, pese a que aguantamos la crisis mejor que otros sectores, a medida que se ha ido alargando en el tiempo ha causado erosión. Los hábitos han cambiado, los consumidores se han ido volviendo más sensibles al precio, a la vez que han proliferado alternativas, como es el caso del low cost; todo ello ha influido en que se hayan dado, si no grandes caídas en el consumo global, sí caídas continuadas.  Pero el sector de la alimentación parece ofrecer una perspectiva relativamente positiva; desde luego, más optimista que a finales del año pasado, con subidas de consumo ligeras, pero subidas al fin y al cabo. Sin embargo, es importante señalar que estas subidas son también frágiles, por lo que es necesario ser precavidos, ya que cualquier distorsión, externa o interna, podría afectar a esta recuperación. Un ejemplo de esto sería la gran preocupación que existe con respecto a la posible reclasificación de los tipos de IVA relacionados con los alimentos.

España ya es el mayor productor de vino y de aceite del mundo. ¿Por qué es tan difícil situarnos en el lugar de prestigio y referencia que nos corresponde, frente a la competencia con Francia o Italia, que poseen mejor reputación que nosotros?

En los últimos 10 años ha cambiado la percepción de España como país líder en estos sectores, destacando en los países emergentes y en Europa Oriental; hay que destacar la gran labor que han hecho algunas empresas como es el caso de Carbonell. Si bien es cierto que en Europa Occidental y en Estados Unidos, en el caso del aceite, aún hay mucho trabajo que hacer, en exportaciones globales del sector agroalimentario España está por encima de Italia, efectivamente debajo de Francia, pero con cifras de crecimiento muy superiores.  

En cuanto a Francia e Italia hay que señalar que llevan exportando muchos más años que nosotros, y la exportación es, al fin y al cabo, una maratón, por lo que no es posible alcanzar metas de la noche a la mañana. Pero en los últimos años ha habido una gran evolución y el producto español está cada vez más presente en las estanterías de los supermercados de todo el mundo; un ejemplo de ello es que antes en EEUU se catalogaba a los productos españoles como comida étnica, mientras que ahora somos un player más,   casi al mismo nivel que Italia y Francia, aumentando y con un gran potencial de crecimiento por delante.  

Por otro lado, la población de estos países tiene una gran conciencia de las bondades de sus productos, un orgullo a la hora de consumir y hacer de prescriptores de sus propios alimentos. En este sentido, en España no sabemos reflejar este sentimiento, tal vez por falta de conocimiento, por falta de promoción, o, incluso, por falta de mentalidad colaborativa. Hemos de aprender a buscar alianzas con empresas de nuestro país, promover consorcios que ayuden a las empresas complementándolas y abriéndoles camino en la comercialización, la promoción, etc. Desde FIAB trabajamos en propiciar la colaboración entre las empresas y vemos que, poco a poco, el mensaje va cuajando.

Según el estudio sobre la percepción de los turistas extranjeros cuando vienen a España, la gastronomía es lo segundo que más valoran. ¿Cree usted que están descubriendo ya que hay vida más allá de la paella?

Hay una diferencia entre la realidad y la percepción: España es mucho más de lo que se percibe fuera. Dicho esto,  es reseñable que se aprecia una evolución positiva de España en general y de los productos alimentarios en particular en los países de destino. Un ejemplo de esto es Gran Bretaña, donde hay fantásticos restaurantes españoles, mercados con productos de gran calidad, y donde los ciudadanos conocen la gastronomía española. Además, en los países emergentes están creciendo las clases medias, que son el target adecuado, por lo que el crecimiento de la demanda de mercado mundial a medio plazo es una enorme oportunidad que tenemos que aprovechar.

Por otro lado, efectivamente, la gastronomía es, después del sol, el principal atractivo por el que los turistas visitan España; cada vez vienen más extranjeros a España por este motivo, lo que, a su vez, liga con el producto, no sólo con la Paella, pese a que sí, sigue siendo la gran conocida.

La FIAB acaba de presentar su marco estratégico bajo el lema “Alimentemos el futuro”, con el objetivo de “contribuir a la mejora del conjunto de la economía española con el año 2020 como horizonte”. ¿Puede hablarnos de él?

Este marco sucede tras una reflexión de la Industria de Alimentación y Bebidas, que, con la voluntad y la observación de un comportamiento positivo durante la crisis, se plantea cuáles son sus perspectivas a futuro, con el horizonte del año 2020.  La conclusión es este marco que pretende que esta industria sea la locomotora de crecimiento, que ayude a la recuperación económica de España. Es decir, pasar de ser un sector importante a jugar un papel más importante aún, como ocurre en otros países. Se ha hecho un estudio de los retos principales, entre los que destacan la internacionalización, con un objetivo de crecimiento de ventas del 4% anual y la dinamización de las empresas, apostando por  la inversión, la innovación y el talento. Existen muchas empresas pequeñas que son muy rentables y competitivas que pueden asumir perfectamente estos retos, pero esto se consigue llegando al siguiente objetivo: la creación de valor. El cuarto reto es el aumento de la eficiencia, algo en lo que se ha hecho un importantísimo esfuerzo debido a la dureza actual del mercado, pero hay que seguir trabajando para seguir siendo eficiente a todos los niveles, no sólo en la producción, sino también en lo comercial… etc. Aún podemos mejorar, sobre todo en lo que se refiere a los esfuerzos colaborativos

Por último, ¿qué reclama la FIAB de las instituciones para ayudar a las PYMEs del sector?

Lo importante es que la Administración participe en este proyecto colaborativo, incorporar este mensaje a su trabajo diario, sin distorsionarlo; apoyando a las empresas que tengan de verdad esta  entidad colaborativa. La Administración tiene que acompañar a los sectores a todos los niveles, trabajando en la misma línea que  aquéllos que representan a las empresas del sector.

También es importante potenciar el tema de la Alimentación, Gastronomía y Turismo; para ello habría que hacer un esfuerzo a la hora de llevar a cabo sinergias, ya que están relacionadas y son un círculo virtuoso: pueden alimentarse unas de otras. Este es el caso de aquellos turistas que además de venir por el sol o la gastronomía en sí, hacen visitas a fábricas o bodegas, donde conocen producto, lo prueban y lo compran. Una forma de colaborar, y que podría ser viable, sería incluir visitas al sector de la alimentación dentro del programa de Turespaña con agencias o turoperadores, o teniendo en cuenta un perfil turístico en las iniciativas que salen de nuestro sector, como ha sido el caso del último Catálogo de Fábricas presentado en Alimentaria.

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