Canadá - Moneda Única

El brote verde de Norteamérica

Hay quien afirma que la hoja de arce era ya un símbolo canadiense hacia el año 1700. Un símbolo central en una bandera muy reconocible, la de un país del que, no obstante, se sabe y se habla poco. Canadá presenta algunas peculiaridades como su bipolaridad franco británica y su orientación inevitable hacia su vecino del sur, pero quizá la más llamativa de ellas sea que su forma de gobierno sea una monarquía parlamentaria con la Reina Isabel II de Inglaterra como Jefa de Estado representada por un Gobernador general.

35.295.770 (censo de octubre de 2013) habitantes en una extensión de 9.984.670 km2 dan como resultado una densidad de población muy baja, unos 3,53 habitantes por km2. Es el segundo país del mundo por extensión, pero casi el 89% del territorio está sin poblar. De hecho, la población se concentra en la provincia más pequeña, la Isla del Príncipe Eduardo, y el 85% de todos los habitantes del país vive a 160 km de Estados Unidos, país con el que comparte nada menos que 6.416 km de frontera. Canadá ocupa la mitad norte del continente norteamericano, junto con Alaska y Groenlandia. Limita al norte con el Océano Ártico, al este con el Océano Atlántico, al oeste con el Océano Pacífico y Alaska, estado de los Estados Unidos. Su vecino inmediato, el país más poderoso del mundo, bajo cuya influencia y a cuya sombra vive.

Sin embargo, no puede afirmarse estrictamente que Canadá sólo exista en función de su omnipotente vecino. Su historia de antigua colonia con varias metrópolis, su multiculturalidad plasmada en su bilingüismo, su extraordinario paisaje de inmensos territorios vírgenes, su altísimo nivel de vida y, sobre todo, una estable y sólida economía lo convierten en un país muy digno de interés, un interés que además está sabiendo explotar convirtiéndose en un destino de creciente atractivo turístico y de inversiones.

Con capital en Ottawa, sus principales ciudades son Toronto, Montreal, Vancouver, Calgary y Edmonton, todas ellas más pobladas que la capital. Se trata de un país rico, con recursos petrolíferos, gas natural, minerales e industrias tecnológicas, aeronáuticas y energéticas, que además mantiene buenas relaciones políticas y comerciales con el resto del mundo. Ha desempeñado el papel de mediador o defensor en conflictos internacionales y ha rehusado seguir políticas que no le convenían manteniendo un perfil independiente de las decisiones de Washington, lo cual sin duda es un factor que influye en su excelente imagen.

Para hacernos una idea del papel que desempeña Canadá en el mundo podemos empezar por fijarnos en que ocupa el 2º lugar en la lista de las mejores marcas – país que elabora Futurebrand. (Fuente: Country Brand Index 2012 – 2013). Detrás de Suiza, delante de Japón y varios puestos por delante de potencias como Alemania, Reino Unido o sus vecinos, los Estados Unidos. Un registro notable y significativo para un país que figura casi en silencio dentro de la maraña mundial, pero que se consolida como una de las economías con mejores auspicios por la que la crisis de 2009 se dejó sentir en forma de declaración de recesión, aunque no dejó las dolorosas huellas que ha dejado en Europa.  

Su estructura económica se caracteriza por haber pasado del sector primario al industrial para finalmente reforzarse en el sector servicios, un trayecto que recorren las economías más avanzadas del mundo. No obstante, el sector primario sigue representando una buena parte de las exportaciones del país. Así, el 50% de lo que Canadá exporta pertenece al sector primario y es la energía (petróleo y gas natural) su producto estrella. Por otro lado, las manufacturas contribuyen al PIB en un 17%, con las industrias de ensamblado de automóviles y la fabricación de componentes para la automoción, la producción de alimentos, la industria papelera, las telecomunicaciones y la electrónica, los productos químicos, y las aeronaves y sus componentes como principales representantes.

Sus datos económicos hablan por sí mismos:

El IPC se sitúa en enero de 2014 en 123,1 y la tasa de desempleo ronda el 7% (además ha caído un 0,2% en el último año).

Por lógica, históricamente el principal socio comercial de Canadá son los Estados Unidos, donde van un 74% de sus exportaciones y de donde provienen el 50% de sus importaciones, aunque existen también fuertes vínculos con Reino Unido y Japón. Sin embargo, en los últimos años Canadá se ha visto desplazado por China como principal proveedor de su vecino.

El acuerdo CETA acerca la Unión Europea a Canadá

No es de extrañar, como decíamos al principio, que Estados Unidos sea su principal cliente, EE.UU. es el destino del 74% de las exportaciones canadienses y el origen del 50% de las importaciones. Además existe el NAFTA, ese tratado establecido entre los tres países norteamericanos hace ahora veinte años.

Los últimos datos disponibles en lo que se refiere al comercio intraindustrial entre España y Canadá detallan un valor de 1.584 millones de euros en 2011. Este valor representa casi un 70% de todos los bienes vendidos y comprados entre los dos países. En el ámbito industrial, los productos más vendidos son medicamentos, aceites de petróleo o de minerales, aeronaves y vinos. La crisis del 2009 afectó de tal manera al intercambio comercial entre ambos países que la recuperación se ha plasmado en un repunte considerable en los últimos años. Siguiendo con datos de 2011, ese año la balanza se inclina a favor de España, puesto que aumentan las importaciones un 15% pero las exportaciones lo hacen el doble, un 30% en el índice interanual. En el período 2008 – 2011 las exportaciones aumentaron un 42% mientras que las importaciones cayeron un 23%.

España exporta productos farmacéuticos, combustibles y aceites minerales y maquinaria a Canadá, además de vino, manufacturas de fundición, conservas y productos químicos. En cuanto a Canadá, España compra minerales, aeronaves y productos farmacéuticos.  

El futuro de Canadá es prometedor, como brillante es su presente. La economía, si se atiende a las previsiones, crecerá a corto plazo y ese crecimiento se mantendrá en el tiempo. El consumo en los hogares aumenta y al ser un país tan grande y con tan poca población hay sectores que presentan interesantes perspectivas de desarrollo.

Las infraestructuras: principalmente las de transportes: carreteras, ferrocarril, pero también urbanísticas y de servicios: hospitales, escuelas, estaciones, etc.

Canadá está apostando por las renovables, en concreto la eólica, con varias licitaciones en trámite. Iberdrola entró en el país en octubre con un proyecto de biomasa, y tiene importancia la industria aeronáutica, alta tecnología, máquina herramienta, componentes de automoción, tecnologías para las industrias del medio ambiente y la energía, productos farmacéuticos, biotecnología.

Por otro lado, están los bienes de consumo, con el segmento premium creciendo, al igual que en todas las economía que gozan de excelente salud. Los artículos con valor añadido como la artesanía o el diseño en los sectores de la moda, el calzado, la confección o el mobiliario. La categoría premium se manifiesta también en la demanda de joyas y bisutería y en el que últimamente se está convirtiendo en la representación del lujo por excelencia. En productos como: vino, aceite de oliva, cítricos, conservas de pescados y vegetales, queso, con sus vertientes ecológica y exótica en productos gourmet.

Por último, en un país multicultural y con vecinos como México, no hay que desdeñar la demanda de servicios en español, desde la enseñanza del idioma hasta el ámbito editorial.

Principales acuerdos económicos entre Canadá y España

Las relaciones entre España y Canadá se rigen principalmente por los acuerdos con la Unión Europea. Además, Canadá y la Unión Europea pusieron en marcha la negociación de un nuevo acuerdo en 2009 que se cerró a finales de 2013. El acuerdo, denominado CETA, es el primer pacto de la UE con un país del G-8. Según el CETA, Canadá se convierte en el único país del G-8 con acceso preferencial a la UE y los Estados Unidos, El CETA elimina más del 99% de los aranceles, aumenta el acceso a mercados de bienes y servicios y proporciona nuevas oportunidades de inversión. El acuerdo cubre prácticamente todos los sectores y aspectos del comercio entre Canadá y la UE. Debe ser ratificado por los países miembros de la UE y las provincias canadienses, y su entrada en vigor se estima para 2015. En 2012, la UE fue el segundo socio comercial de Canadá después de EE.UU, mientras que Canadá fue el decimosegundo destino de exportaciones de la UE. CON el CETA, por primera vez, las compras de todos los niveles del gobierno canadiense se abren a proveedores e inversiones de origen europeo. Para Canadá, el CETA significa mayores beneficios en la producción de carne vacuna y de cerdo, la industria avícola y láctea (con excepción de los quesos), y el sector pesquero. Serán eliminados el 96% de los aranceles europeos al pescado y productos de mar canadienses, mientras el 4% restante quedará libre de impuestos 7 años más tarde de su entrada en vigencia. Para la Unión Europea, los productos agrícolas procesados estarán liberalizados desde que comience a regir el acuerdo. Los vinos y las bebidas alcohólicas de alta graduación se verán particularmente beneficiados considerando la relevancia de sus exportaciones, y serán protegidas ciertas denominaciones de origen europeas.

Los siguientes acuerdos bilaterales España-Canadá se encuentran en vigor:

• Acuerdo administrativo en materia de Seguridad Industrial, 2011.
• Acuerdo de cooperación tecnológica entre el CDTI y el Consejo de investigaciones científicas de Canadá-NRC, 2005.
• Memorando Entendimiento entre el Min. Ciencia y Tec. y el National Research Council, 2003.
• Protocolo para la exportación de cerezas frescas, 2000.
• Memorando de Entendimiento sobre Cooperación Industrial y Tecnológica, 1993.
• Convenio de Cooperación entre la CEOE y la Canadian Manufacturers Association (CMA), 1992.
• Memorando de Entendimiento sobre Cooperación Industrial de Defensa, 1991.
• Declaración Conjunta sobre Cooperación Industrial y Tecnológica e Inversiones, 1991.
• Acuerdo sobre Transporte Aéreo, 1988.
• Convenio entre España y Canadá para evitar la doble imposición, 1976.

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