El G-20 alcanza un acuerdo clave sobre el FMI - Moneda Única
Finanzas

El G-20 alcanza un acuerdo clave sobre el FMI

Los Ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20 alcanzaron un acuerdo histórico el sábado para aumentar el poder de los países en vías de desarrollo en el Fondo Monetario Internacional (FMI), aún cuando no consiguieron ponerse de acuerdo para un amplio reajuste económico mundial.

El acuerdo del FMI fue calificado por Dominique Strauss-Kahn, su director, como un momento “histórico” en el que Europa cederá dos escaños de los 24 que controla en la junta de la entidad a poderosas naciones en desarrollo. “Esta representa la mayor reforma en la forma cómo se rige la institución”, dijo a la prensa Strauss-Kahn, quien encabeza el organismo que agrupa a 187 naciones.
El G-20 acordó hace un año traspasar al menos un 5% de los derechos de votación del FMI a economías emergentes como India y Brasil, cuya influencia dentro del organismo no ha ido a la par con su emergencia como importantes motores del crecimiento global.
Pese al sorprendente acuerdo sobre el FMI, que no se esperaba hasta que los Jefes de Estado y de Gobierno del G-20 se reúnan en Corea del Sur el mes próximo, los esfuerzos para fijar metas numéricas para los actuales déficits de cuenta corriente se toparon con una dura resistencia.
En una carta leída el viernes a sus colegas Ministros de Finanzas del G-20, el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, dijo que los países deberían implementar medidas para reducir sus saldos de cuenta corriente por debajo de una porción específica del Producto Interno Bruto (PIB).
El ministro japonés de Finanzas, Yoshihiko Noda, expresó escepticismo sobre la propuesta de Geithner. “Dijimos que tenemos dudas de que deban establecerse metas numéricas rígidas, pero cuando se verifique el avance en la rectificación de los desequilibrios, esa podría ser una idea”, comentó Noda.
Arabia Saudí, Alemania y Rusia son los miembros del G-20 con mayores superávits de cuenta corriente, pero China es el principal objetivo de Washington -y el claro destinatario de la carta de Geithner – debido a su gran intervención sobre el mercado cambiario que ha mantenido bajo control al yuan.
En consecuencia, Pekín ha recaudado 2,65 billones de dólares en reservas oficiales en moneda extranjera y ha llevado a la Cámara de Representantes estadounidense a impulsar un proyecto de ley que amenaza con represalias si China no deja que su moneda suba para reducir su enorme superávit comercial con Estados Unidos.

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