Balbino Prieto: “En los países en los que gobierna el populismo desaparecen las garantías jurídicas”
Entrevistas

Balbino Prieto: “En los países en los que gobierna el populismo desaparecen las garantías jurídicas”

balbino-prieto-alda
  • “Estados Unidos se ha desentendido de Latinoamérica y Europa puede ser la gran beneficiada por ello”
  • “Veo complicado que China domine el comercio mundial”
  • “La internacionalización de nuestras empresas, se debe al empuje del propio empresariado, no al apoyo del Ejecutivo”
  • “Cada vez que se amenaza con crear un nuevo impuesto se genera inseguridad jurídica y eso frena la inversión”

Entrevista a Balbino Prieto, realizada por Beatriz Triper para Moneda Única.

Posiblemente sea el empresario que mejor conoce cómo funcionan los entresijos de los mercados exteriores. A sus 78 años, Balbino Prieto, presidente de honor del Club de Exportadores e Inversores Españoles y de Anthelex, puede presumir de ser pionero en algo tan ajeno a las empresas como la gestión de la inteligencia económica. “Somos la primera compañía de habla hispana que trabaja este nicho que resulta decisivo para la internacionalización de las empresas. Y lo hacemos en 88 países”, afirma.

Prieto o “el detective de la internacionalización”, explica que el valor añadido de Anthelex frente a otras compañías de investigación de mercados o gestión de riesgo de crédito es que “obtenemos información de cuestiones que no pueden obtener otros, como son sus antecedentes operativos. Al empresario español le gusta conocer qué han hecho antes estas personas que están detrás de las empresas con las que van a negociar y de los países donde se quieren implantar… Somos más artesanos que las big four”.

Además de ser presidente de honor del Club de Exportadores, preside la Compañía ANTHELEX, primera empresa española de inteligencia económica, ¿qué es la inteligencia económica y cómo afecta a la competitividad de nuestras empresas?

El proceso de inteligencia económica consiste en la recogida de información, selección y análisis. De ese análisis, se extrae el conocimiento que ayuda a ser más competitivo. Por ejemplo, en la crisis de 2008 –cuya recuperación vino de la mano del sector exterior-, se perdieron miles de empresas en su internacionalización. La gente salió a vender a la desesperada, y lo hizo sin información alguna sobre el destino, la forma de hacer negocios o la propia situación política. Si las empresas hubieran dispuesto de dicha información, posiblemente no hubieran desaparecido tantas. Dicho lo anterior, en un mundo globalizado, el empresario tiene que saber cómo funciona el país y la región en la que se va ubicar, cuál es su legislación, qué hace la competencia… Sólo entonces, puede decidir si va a trabajar en ese destino o elige otro distinto. Eso es, precisamente, la inteligencia económica. En definitiva, la inteligencia económica es una herramienta de gestión imprescindible hoy en día.

¿Cuáles son los principales riesgos a los que se enfrentan las empresas exportadoras españolas y aquellas que quieren internacionalizarse?, ¿cuáles son los destinos más arriesgados?

Ahora mismo nos preocupa el tema de la cumbre entre la UE y la CELAC que el Gobierno español quiere promover durante su presidencia en el segundo semestre de este año. La razón es que, por un lado, en los últimos años muchas empresas españolas se están implantando en Latinoamérica y, por otro, las multilatinas necesitan información de los mercados en los que van a moverse que son principalmente Asia, África, Europa y Latinoamérica.

En esa lista ha dejado fuera a Estados Unidos…

Estados Unidos, como Alemania o Francia, es un mercado maduro y no representan riesgos porque las garantías jurídicas están aseguradas. Hay riesgo en aquellos países donde hay inseguridad jurídica. El dinero es cobarde y sólo va donde se siente seguro.

¿Cuál de los mercados que ha mencionado antes les preocupa más?

Actualmente, nos preocupa mucho Latinoamérica porque lo que gobierna allí es el populismo. El único que aguanta con un gobierno conservador es Ecuador y está a punto de caer. Esto es muy preocupante porque allí donde gobierna el populismo, las garantías jurídicas desaparecen.

¿Y qué pasa con Brasil?

Es menos populista de lo que aparentemente puede parecer. Lula da una imagen, pero luego gobierna de una manera más sensata. De hecho, nosotros asesoramos a empresas que trabajan en Brasil y no estamos preocupados. Por el contrario, sí lo estamos con Venezuela, Colombia, Perú, Chile, Argentina y Bolivia por la inseguridad jurídica y las políticas que desarrollan los Ejecutivos actuales. Ahora, tras el estallido de la guerra de Ucrania, los países latinos están llamados a ser los suministradores de materias primas a Europa. Ahora bien, ahí nos enfrentamos a la presencia creciente de China, que ya lleva varios años comprando materias primas y dando préstamos a cambio de garantías que, en definitiva, son esas mismas materias primas. Por poner un ejemplo claro de lo que está ocurriendo, hace años, fui a un país latinoamericano para refinanciar su deuda y pedimos como garantía petróleo. El ministro de finanzas nos dijo que su petróleo era de China durante los siguientes cinco años. Esto supone, sin lugar a duda, una situación delicada para las empresas europeas y españolas.

¿Hay forma de dar la vuelta la tortilla?

Hace unos meses, escribí un artículo sobre materias primas donde sugería la necesidad de que Europa y Estados Unidos firmasen de una vez por todas el TTIP (Tratado Transatlántico de Comercio entre Europa y EEUU), que Trump tiró por tierra. De haberse puesto en marcha se hubiera podido tener mayor presencia e influencia en Latinoamérica y Europa hubiera resultado la gran beneficiada. Estados Unidos se ha desentendido bastante de Latinoamérica y España carece de la suficiente fuerza como para garantizar las materias primas que necesitamos, por tanto Europa debe acudir a la región como un bloque.

Volviendo a casa, desde los gobiernos de González y Aznar no existe una política exterior para Latinoamérica. España tiene invertidos allí 150.000 millones de euros y nos preocupa la situación actual porque no se incrementan las inversiones en aquella zona, es más, algunas empresas españolas ya piensan en abandonar Latinoamérica.

¿A dónde se dirigirían?

Se están replegando y buscan otras alternativas en Europa o Estados Unidos.

¿Y Asia y África?, supuestamente son el futuro

Asia es nuestra asignatura pendiente. En cuanto a África los problemas son los mismos que en Latinoamérica. Entre otras cosas porque África está semicolonizada por China, que lleva bastantes años explotando las riquezas naturales de esos países. Buena prueba es que en la última cumbre de la Unión Europea y África, Bruselas esperaba a los africanos muy necesitados de la ayuda Europea y eso no fue así. Llegaron exigiendo porque se sienten arropados por los chinos.

¿Tendría sentido la reedición de los BRICs?

La situación ha cambiado mucho. Volver a los BRICs, con la presencia que ahora tiene China, sería un proyecto abocado al fracaso.

¿Cuál será el papel de China una vez se consolide el proyecto de la nueva Ruta de la Seda?

El proyecto está yendo más lento de lo esperado, quizá como consecuencia de problemas económicos en China tras la pandemia. Ahora bien, en mi opinión más que a la nueva Ruta de la Seda, deberíamos mirar a la Ruta del Ártico. Aunque a día de hoy no es permanente con el cambio climático se podrá navegar por el Ártico durante seis-ocho meses, lo cual evita el tener que ir hasta el canal de Panamá. En la ruta Ártica ya hay una confrontación abierta entre China, Rusia, Canadá y Estados Unidos. Canadá, por ejemplo, ha reabierto astilleros para construir rompehielos e ir abriendo la ruta, cosa que se está viendo favorecida por el cambio climático. Esto supondrá que los barcos se ahorren transitar unos miles de kilómetros, por tanto esto supone una bajada importante de costes que hace más competitivos a los chinos. Hemos de tener muy en cuenta que, entre las dos rutas, Europa se queda aislada.

¿Estamos asistiendo a un nuevo orden comercial mundial en el que la hegemonía estará en manos del gigante asiático?

No creo. Hoy en día hay un desarrollo tecnológico importante que todavía no ha llegado en algunos sectores productivos en China. Además, son 1.500 millones de habitantes y existen problemas internos importantes que se supone que el Gobierno chino en algún momento tendrá que acometer. En términos sociales es una bomba de relojería. Por tanto, que China domine el comercio mundial es complicado. Además, el país es un competidor desleal porque juega con unas herramientas que nosotros no jugamos. No respetan las normas de la OCDE ni de la Organización Mundial del Comercio y mezclan a su conveniencia el sistema comunista con el capitalismo salvaje. Por eso, Estados Unidos y la Unión Europea deberían firmar un acuerdo para defenderse mutuamente.

¿Cómo valora el binomio China África en este nuevo orden del comercio mundial?, ¿debe reaccionar Europa?

Hace cuatro o cinco años Tajani, propuso en el Parlamento Europeo la creación de unos fondos para ayudar a las inversiones europeas en África. La idea es darle dinero a las empresas europeas para que se establezcan allí, se creen puestos de trabajo y así evitar la diáspora. En el plano teórico, el plan es bueno, pero hay que convencer al empresario europeo para que vaya allí, teniendo en cuenta la falta de calidad de las instituciones de estos países e incluso la falta de éstas. Europa debería trabajar en el fortalecimiento de las instituciones de estos países para animar a los empresarios a invertir en África. Por otra parte, quiero insistir en la idea de que a la hora de plantear cualquier tipo de propuesta e iniciativa en África, hemos de tener en cuenta de que, además de China, hay una presencia rusa militar importante, aunque no tiene bases sí tiene acuerdos de defensa.

¿Y España? ¿nos sabemos mover en África? ¿estamos aprovechando las oportunidades que ofrece el continente?

El problema es que carecemos de una política exterior en África. España es África. Europa y América y debería aprovechar nuestra posición geográfica. Si lo entendiesen nuestros políticos, España se colocaría en una posición privilegiada pero, lamentablemente, ninguno de nuestros gobiernos, ni los anteriores ni el actual, cuentan con esa visión. En África tenemos una buena imagen, pero no se aprovecha debidamente.

Entiendo que la política que se ha llevado a cabo en el Norte de África por el Gobierno de Pedro Sánchez tampoco ha ayudado…

Con Argelia y Marruecos nos ha salido el tiro por la culata. Hemos aumentado nuestras exportaciones a Marruecos en 700 millones y, sin embargo, hemos perdido las de Argelia de 2.700 millones, más el precio que estamos pagando por el gas. En lugar de llevarnos bien con todos -porque no tenemos problema con ninguno-, lo hemos hecho a la inversa. Nos llevamos fatal con Marruecos, que va a ir a por Ceuta y Melilla. Y en el caso de Argelia, el Gobierno prohíbe las importaciones a España.

Veremos si la situación cambia con la presidencia de la Unión Europea. En cuanto al resto de África sólo hay un detalle esperanzador: la visita que han hecho los Reyes a Angola. Es una lástima que su figura no se utilice más para el apoyo a la internacionalización de nuestras empresas habida cuenta de la extraordinaria imagen de la que gozan internacionalmente.

¿Cree que no se hace lo suficiente en materia de política exterior?

La defensa de las empresas españolas por parte del Ejecutivo debería ser uno de los ejes fundamentales de la política exterior y esto no es así, lo que demuestra una cierta miopía. Las empresas cuantos más beneficios obtienen, más impuestos pagan y esto contribuye a la salud económica del país. Hacienda debería cuidar a las empresas y eso no es así.

La internacionalización de las empresas, de la que muchos Gobiernos se han puesto la medalla, se debe al empuje del empresario español y a una ayuda escasa por parte de Comercio. Por mencionar un dato bastante revelador, la partida destinada comercio se ha venido reduciendo de manera constante en los Presupuestos Generales del Estado. Nuestras reuniones comerciales funcionan muy bien, pero cuentan con escasos recursos. Deberíamos tener mayor número de oficinas comerciales en África y en Asia. Países como Turquía han hecho un despliegue de oficinas comerciales en los últimos años y ahora hay empresas turcas en muchísimos países con el apoyo de su Gobierno. Nos están comiendo terreno.

¿Está en peligro la competitividad del sector exterior en España?; ¿Cuáles son los principales riesgos?

Las políticas fiscales de estos últimos años no ayudan, no hacen atractivo nuestro país como destino de inversiones. No se pueden cambiar las normas a la mitad del partido. La Administración debería esforzase para hacer que la legislación fiscal sea atractiva para los inversores pero, lamentablemente, los cambios que ha habido en los últimos tiempos han provocado auténticos bandazos.

¿Hablamos de que se está generando cierta inseguridad jurídica en España?

Cada vez que se amenaza con la creación de un nuevo impuesto, se genera inseguridad jurídica. Teniendo en cuenta que la Unión Europea es una zona de libre circulación de personas, bienes y capitales, si amenazas con implantar nuevos impuestos, no se invertirá en nuestro país. La gente invierte cuando hay unas normas establecidas que se cumplen y no se cambian de la noche a la mañana. Ahora, con el tema de la pandemia, hemos hecho lo contrario que los ingleses, franceses, alemanes e italianos, que han apoyado a sus empresas. Aquí lo que se ha hecho es tratar de esquilmarlas.

¿Puede ser el gran beneficiado Portugal?

Sin duda, pero tiene la limitación de que es un país pequeño que no ofrece grandes oportunidades para generar grandes inversiones y proyectos empresariales. No obstante, a nivel individual hay empresas que sí se trasladan a Portugal.

Entonces, ¿quiénes serían los grandes beneficiados?

Se está mirando mucho a Estados Unidos porque la Unión Europea tiene unos nubarrones grandes. Es el caso de Ferrovial, se traslada a Holanda para poder ir a Estados Unidos.

Hablando de Ferrovial, ¿cree que es la primera reacción de muchas que vendrán como respuesta a la política fiscal del Gobierno?

En mi opinión, lo que ha ocurrido se debe a los efectos de la globalización. Antiguamente, los países mandaban a sus ejércitos a conquistar territorios. Ahora, mandan a sus empresas, pero hay que mandarlas debidamente apoyadas. Las empresas que están compitiendo a nivel internacional necesitan dotarse de los mejores medios. Las empresas compiten entre sí, pero también los Gobiernos compiten entre ellos.

Si Holanda toma una serie de decisiones de carácter fiscal, lo lógico es que aquí se tomen otras decisiones que beneficien a nuestros empresarios y eviten que el empresario se traslade. Cada vez que creas, o simplemente amenazas con crear un nuevo impuesto, estás echando a tus empresas. Por otra parte, no entiendo las descalificaciones que se han vertido sobre Rafael del Pino, habría que agradecerle lo mucho que ha hecho por España. El Gobierno legisla y no se da cuenta que se ha pegado un tiro en el pie. Si los Gobiernos no son competitivos, las empresas serán también menos competitivas.

Crecen las exportaciones pero aumenta el déficit comercial, ¿qué está pasando?

El éxito de las exportaciones es incuestionable pero una gran parte del déficit (80 por ciento) son productos energéticos. La pandemia nos enseñó que hay que tener las cadenas de producción cerca de la fábrica. Europa debería reindustrializarse, en este proceso España podría tener una importante ventaja si somos capaces de defender nuestra candidatura.

Club de Exportadores ha organizado un desayuno con Fernando Giménez Ontiveros sobre el nuevo Fondo Español de Desarrollo Sostenible, ¿qué oportunidades abre este Fondo y qué importancia tiene para las empresas españolas?

El impacto en las empresas dependerá de la Administración española. Desde Club de Exportadores pedimos que se elimine lo mas posible la burocratización de este y cualquier otro instrumento. Muchas veces, los empresarios no optan a ellos porque la tramitación no acaba nunca y les distrae de sus objetivos. Prefieren unas condiciones económicas mas duras, pero que pueda gestionarse y presentarse en días. El tiempo es también un factor de competitividad.

Entrevista realizada por Beatriz Triper para Moneda Única

Compartir
Etiquetas: