I like to be in America, okay by me in America - Moneda Única
Opinión

I like to be in America, okay by me in America

Opinión-Ageron

Jesús Centenera.
Ageron Internacional.


De los Estados Unidos y lo complejo que es comprender la realidad (I)

La clase empieza con el “Born in the USA” de Bruce Springsteen a todo volumen, con un video del “Boss” rabiosamente juvenil. Algunos alumnos dicen que es “muy patriótica”, porque se quedan en el estribillo, mientras que los que saben más inglés afirman que es una canción de protesta, muy crítica con el sistema. A continuación, un video de la apertura de la “Superbowl”, con todo el estadio en pie cantando el himno nacional, remarcando las últimas estrofas (“… over the Land of the Free, and the Home of the Brave”, ni más ni menos) y la siguiente reflexión: “¿Se imaginan algo así en España?”, seguida por un “¿Cuál es la razón? ¿Qué mueve a todo el mundo a levantarse y cantar con emoción?” Como nos choca a los europeos en general, y a los españoles en particular, el patriotismo y los símbolos, principalmente el despliegue de banderas, cuando visitamos los Estados Unidos de América del Norte (un país sin nombre, ya que lo anterior es una definición de sistema político y localización) ¿A qué se debe? ¿En qué se sustenta? ¿Es igual en todas partes y en todas las clases sociales?

Para responder a dichas preguntas, les pido que hagan una lista de tópicos, iconos, y fiestas que asocian con EE.UU., tanto la de los propios “americanos”, como su visión desde fuera. Todos participan activamente, porque todos, españoles, marroquís, chinos, Iberoaméricanos y de otras nacionalidades, “conocen muy bien” ese país, por las noticias, algunos por los viajes y todos sin excepción por las películas. El poderío militar de los EE.UU. y su política internacional global, van de la mano de su potencial económico y tecnológico, pero sobre todo, de su abrumadora presencia audiovisual, tanto en la música, como en el cine y la televisión.

Como un bello collar de cuentas de un bello cuento oriental, van engarzando palabras, imágenes, personajes y acontecimientos. Aunque el orden depende de las preferencias, formación y filtros de cada uno, yo intento reordenarlos, enlazarlos y dar una visión general de los porqués de los mismos ¡Qué ambicioso! ¡Qué arrogancia! ¡Cuánta osadía! Jaja, me río de mí mismo. O ¿cómo si no llamas a intentar explicar la esencia de todo un país, grande como un continente, variado como la misma humanidad, multifacético como todo nuestro mundo moderno y complejo como siempre es la realidad internacional?

Empecemos por “Thanskgiving” o del día de “Acción de Gracias”, la fiesta familiar por excelencia, similar a nuestra Nochebuena y cuya clave no es el pavo que invitan a la mesa (pobre pavo), ni el origen pseudo-histórico, sino lo que significa: los peregrinos que “huyen” de la intolerancia religiosa en Europa, para llegar a “la tierra de la Libertad”. Como también el icono de la Estatua de la Libertad. Es el tópico principal, ya que todos, ellos, sus padres o sus abuelos, (bueno, menos los “native americans”, o indios americanos, que ni pinchan, ni cortan) vinieron a “América”, “The Melting Pot”, en busca de la “Libertad” y del “Sueño Americano”, el segundo y más poderoso tópico de todos ¿Y qué es el “American Dream”? El que todos pueden hacerse ricos, o, al menos, prosperar y tener su casita en los suburbios, con su cochecito y su canesú, ya que lo único que importa es la inteligencia y la capacidad de trabajo. Supuestamente. Personalmente creo que es evidente que no hay igualdad de oportunidades, sino todo lo contrario. Pero también que, excepto a niveles muy altos, nadie te pregunta eso de “niño, tú de quién eres” y que no están tan constreñidos como en muchos otros países (fuera de Europa), en los que la capilaridad social es muy baja o incluso casi inexistente. En Estados Unidos hay unas reglas-marco, y el resto depende en gran medida del esfuerzo de cada uno.

Por eso, “Time is money”, y las negociaciones son muy directas. Por eso sorprende ver a adolescentes y a ancianos trabajando sin parar, en un país con poco paro, por pocas coberturas sociales. Por eso, la comida tiene que ser rápida y no comidas de socialización y de establecimiento de marcos de convivencia. Como decía Michael Douglas en la película Wall Street cuando su asistente quería organizarle una “comida de trabajo”, como las llamamos nosotros: “Lunch is for whimps”. Por eso, tristemente, el dinero es la medida de todas las cosas, y se hace ostentación pública del mismo. Se ha pasado de la visión Calvinista de que los que se van a salvar ya disfrutan en la tierra de una buena posición, al hedonismo y exhibicionismo más impúdico de la posición social. Por eso hay “losers” y “winners”, reinas del baile y capitanes del equipo de fútbol, y una larga letanía de cruel clasificación de la gente, no por su valía humana, sino por su puesto en esa carrera loca de destacar y sobresalir, incluso hasta la presidencia. Frenesí que “supuestamente” lleva a la felicidad. Me gusta ilustrarlo con dos escenas de la película de Will Smith, “In pursuit of happiness”.

Desde el punto de vista político, en el interior, el individualismo extremo y la libertad de llevar armas, consagrada en la segunda enmienda de la Constitución, que nadie puede arrebatar (o quizás sí, pero, como decía Charlton Heston: “from my cold dead hands”). La violencia general del país, provocada por las minorías marginadas, los locos, el individualismo extremo y las drogas, hacen que uno de los países más ricos del mundo, sea uno de los más peligrosos. En el internacional, el expansionismo constante, por el “Manifest Destiny” (incluso hasta el espacio, “the final frontier”) y la visión distorsionada de su papel en el mundo, “keeping the World safe for Democracy”, que lleva a pensar que les van a recibir en Bagdad con besos y flores, como en París en el 44, en lugar de con coches-bomba.

En el próximo artículo, hablaremos de la diversidad.

Jesús Centenera
Agerón Internacional.

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