“El valido de la emperatriz” - Moneda Única

José María Triper
Corresponsal económico de elEconomista.


Justo cuando la sublevación de los notables empieza a minar la estabilidad del imperio merkeliano y cuando desde más allá de las fronteras europeas se levantan voces de censura contra las políticas austericidas que están desmantelando el estado de bienestar en la Europa del sur, Francia incluida, la emperatriz vuelve sus ojos hacia sus dominios del Mediterráneo para encontrar en Mariano Rajoy ese caballero blanco que defienda sus banderas de ortodoxia frente a las razones de los díscolos y de los bárbaros ultramarinos.

Un Mariano Rajoy que se ha mostrado como el más avezado propagandista de la severidad económica germánica, y que está hoy en condiciones de presentar a España como el principal, y casi único, modelo del éxito de las políticas impuestas desde Bruselas a instancias de Berlín. No importa que ese éxito sea todavía muy débil, inestable, empañado por la lacra del asfixiante desempleo y que se encuentre amenazado por el fantasma de la deflación.

Como tampoco consideran de interés que el crecimiento español sea un oasis en el desierto de la zona euro que contrasta con del estancamiento económico o la contracción de Alemania, Francia e Italia. O que la comparación con la evolución de las economías anglosajonas, que apostaron por políticas más expansivas, muestre que estos ya han dejado atrás la recesión cuando aquí, en el revivido imperio germánico, seguimos sumergidos en el fango.

Y los números cantan. La economía británica está a punto de alcanzar el nivel que tenía antes de la crisis, y el PIB estadounidense se expandió a un ritmo anual de 4,2 por ciento, superando las más optimistas previsiones, aderezado además con una inflación del 2 por ciento y un paro de sólo el 6,5 por ciento. Mientras, aquí  nos lanzamos a una euforia triunfalista por un crecimiento del 0,6 por ciento con  un desempleo del 25 por ciento de la población activa.

Pues esos son los logros del merkelianismo. Y de esa constatación ha surgido la rebelión en el gobierno francés donde los defenestrados se oponían a más sacrificios para la ciudadanía, las duras críticas que la política económica de la UE ha merecido para los premios Nobel de Economía en Jackson Hole, o la contrarreforma que ha propugnado el gobernador del Banco Central Europeo (BCE) para cambiar el rumbo de la zozobrante economía europea.

Rebaja de cotizaciones sociales y reducción de los impuestos indirectos acompañada de una subida de los tipos reducidos del IVA y de otros impuestos especiales, junto con un gran programa de inversión pública y más coordinación presupuestaria entre los estados miembros, eso sí, sin abandonar las reformas estructurales. Estas son las recetas que ha prescrito superMario para crecer y crear empleo, especialmente en España, y que chocan frontalmente contra el austericidio merkeliano.

Y esa es la estrategia que debería abanderar Rajoy para consolidarse, él como líder europeo y para recuperar el peso perdido por España. Aunque todo apunta que nuestro presidente prefiere convertirse en el valido de la emperatriz a cambio de un plato de lentejas en el reparto de los cargos europeos. Es su opción, lo que está por ver es que esa sea también la opción más favorable para España y la que necesitan los ciudadanos españoles y nuestra convaleciente economía.

José María Triper
Corresponsal económico de elEconomista.

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