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Opinión

Mi fascinante viaje al pasado romano en el Mediterráneo

Opinión-Ageron

Jesús Centenera.
Ageron Internacional.


Sistematización de las búsquedas de información

Me gusta imaginar a los primeros viajeros occidentales adentrándose, durante los siglos XVIII y XIX, a lomos de caballos y camellos en el interior desconocido del Imperio Otomano, boquiabiertos ante las maravillas del legado romano en todo Oriente Medio, que había estado aislado desde la conquista de todo el Mediterráneo oriental por el islam desde el siglo VII hasta el mismísimo siglo XVII. Cerrado para los occidentales, poco a poco se había ido abriendo esa caja de tesoros arqueológicos entre los que es difícil elegir. Deslumbrados por el atardecer en Palmyra, Siria, al borde del fascinante desierto, con los rayos del sol cayendo hacia el oeste lentamente reflejándose en la ciudad amarilla, en la que hoy en día se han re-erigido los cuatro majestuosos tetrapilos. O con Jean Louis Burckhardt introduciéndose en el Siq, el desfiladero que lleva a la mágica Petra, la ciudad rosa del desierto en Jordania, que había estado olvidada durante siglos, protegida por el doble manto del desierto y de la indiferencia. O alternando el viaje por tierra y la navegación río arriba hasta llegar a Filé. O sorteando los charcos y la vegetación que, aún hoy, cubren en primavera la mayor parte de Mileto o de Afrodisias en Turquía, caminando, atónitos, entre sus ágoras, sus teatros, su odeón, su circo o sus termas. La mayoría de la gente no sabe que en lo más profundo del valle de la Bekáa, en las ruinas de Balbeek, “redescubiertas” por Robert Wood, se encuentra un templo romano mayor que el Partenón de Grecia y en mucho mejor estado de conservación. Que a su vez, era el templo menor de un conjunto dominado por el templo de Júpiter de Heliópolis, del que quedan en pie seis ciclópeas columnas desafiantes ante el paso del tiempo y ante los movimientos telúricos.

Estos viajeros, nos han legado relatos de sus viajes cargados de vicisitudes, así como un excelente repertorio de lienzos y retratos, con un encanto fascinante, que las mejores fotografías no pueden igualar. No obstante, que interesante es poder pasear también nosotros por entre estos parajes, desde Libia a Turquía, desde Serbia a Egipto, o desde Marruecos, Argelia y Túnez a Siria, pasando por Israel y Líbano, intentando capturar con la cámara la magia del viaje en el tiempo, como nuevos exploradores del pasado, deteniéndonos en éste o en aquel detalle, de los miles que muestran tímidamente estos lugares maravillosos, algunos todavía bastante vírgenes ante el turismo, o de otros masificados,  como Éfeso o Petra.

Aprovechando algunos viajes para realizar estudios de mercado, principalmente para el Consejo Oleícola Internacional, fui acumulando fotos hasta llegar a cerca de 20.000 fotografías de conjuntos monumentales, como arcos, acueductos, circos y termas, pero también de pequeñas piezas de museos, en más de 14 países. Con todo este fondo documental, decidimos poner en marcha una web divulgativa sin ánimo de lucro, abierta a todo el mundo, que ofrece la posibilidad de bajarse las fotos de manera gratuita, para ayudar en la difusión del legado romano.

Se me antojaba que una tarea de tantos años, que había supuesto un esfuerzo significativo, merecía una campaña de comunicación de gran alcance, con una presentación pública de la página web, para que la misma tuviera el impacto que le correspondía. Por ello, lo puse en manos de una empresa de comunicación, Zonawebste, que propuso una nota de convocatoria para la inauguración, el material para el dossier de prensa, la identificación de periodistas, así como una localización y puesta en escena de gran nivel,  incluyendo cámaras profesionales de una empresa líder del ramo. Pero estábamos buscando algo más, por lo que me atreví a pedir permiso a mi cliente para tomar parte en este esfuerzo y aplicar la metodología de estudios de mercados a este proyecto.

Así, lo que más echaba de menos era la sistematización de la búsqueda de destinatarios de la convocatoria, que queríamos que fuera lo más amplia posible, no tanto para que acudieran el acto de inauguración, sino para que se conociera de manera generalizada, por expertos y profanos, por académicos y aficionados, tanto a la antigüedad clásica, como al turismo cultural. Para ello, lo primero que hicimos, como en cualquier otro estudio de mercado, fue establecer categorías, porque eso facilita hacer una búsqueda más ordenada. Establecimos una que denominamos contactos “académicos”, incluyendo las principales universidades de todos los países que contenían restos romanos, así como de algunos otros. A continuación, utilizamos una fuente secundaria, como es la Guía anual de la comunicación en España, para identificar cuatro subgrupos: las televisiones, las radios, la prensa escrita y la digital. Además, hicimos un apartado ad hoc de prensa especializada. Del mismo modo, encargamos la búsqueda las direcciones de los responsables de los museos y yacimientos presentes en nuestro país, así como de las autoridades públicas, como el Ministerio, las consejerías de cultura, las concejalías de ayuntamientos con yacimientos, etc. En todas ellas, intentábamos ir de lo general a lo particular. Una vez realizada estas tareas, empezamos a extrapolarla a otros países, siguiendo las mismas categorías (por ejemplo, un directorio de universidades francesas, uno de museos británicos, etc.), pero con menor nivel de profundidad, por motivos evidentes, pero que tendrán que irse igualando poco a poco. Finalmente, organizamos una búsqueda libre por internet, utilizando palabras clave, como “grupos de reconstrucción histórica”, “revistas de historia”, “imperio romano”, “Museos y Arqueología” en diversos idiomas, etc., que nos permitió identificar algunos de los centenares de páginas webs y de blogs sobre el tema, desde las institucionales, hasta las particulares, pasando por algunas iniciativas meritorias de profesores de bachiller enamorados de la antigüedad clásica. Fuimos haciendo una base de datos categorizada y ordenada, para cubrir de manera sistemática todas aquellas personas, empresas e instituciones que pudieran tener una relación con nuestro tema.

Espero que mis amables lectores me perdonen la libertad que me he tomado este mes de hablar de un proyecto tan personal y que disfruten también ellos viajando en el tiempo y en el espacio gracias al material que pueden encontrar en www.romanheritage.com

Jesús Centenera
Agerón Internacional.

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