José María Triper
Corresponsal económico de elEconomista.
El rumor estaba en el ambiente, pero nadie lo había dicho abiertamente: “muchas empresas multinacionales en España nos han dicho que se van si prospera el programa de Podemos”. Y fue Antonio Garamendi, el presidente de Cepyme y vicepresidente de la CEOE, quien puso el dedo en la llaga para explicar que las empresas extranjeras también han puesto ya sus líneas rojas para mantener aquí sus inversiones, y la más irrenunciable de todas es esa propuesta del programa de la formación morada para destopar las cotizaciones sociales. Es decir que se elimine el tope máximo de las bases de cotización a la Seguridad Social, lo que supondría un fuerte incremento de los pagos a la Seguridad Social por los sueldos de los altos cargos y los directivos.
Para ellas y también para las empresas españolas que, como subrayó el dirigente empresarial, están “recelosas ante la incertidumbre porque nos gusta ir a jugar sabiendo como está el campo”.
Y es Antonio Garamendi un hombre sincero que, como buen vasco, gusta de hablar claro y no se esconde. Un exponente del empresariado moderno que durante su intervención en el foro Diálogos de Internacionalización organizado por MODE y ESADE, admitió que es verdad que la incertidumbre política está paralizando las inversiones y no dudó en calificar la repetición de las elecciones como la “historia de un fracaso”. A pesar de que para él, como para una mayoría de españoles y casi la totalidad del colectivo empresarial de este país era la mejor solución en vista de cómo estaba el patio.
Un fracaso menos entendible cuando, como se encargó de recordar, son motivos personales los que impiden el acuerdo”. Y no hacían falta nombres, que están en la mente de todos y en el mando de los partidos, los tradicionales y los nuevos, que en eso tanto montan.
Todo un contrapunto a ese modelo de la concertación laboral que ha convertido a los líderes de la patronal y sindicales en “buenos amigos sin derecho a roce” -utilizo sus palabras- para jugar un papel clave en la salida de la crisis, manteniendo la paz social y garantizando el Estado de Bienestar. Y como muestra allí estaban, acompañando a Garamendi, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, quien pese a su condición de jubilado, de la que presume, sigue siendo una referencia sindical.
Y puestos a sinceridades, tampoco quiso el presidente de Cepyme desaprovechar el foro para reivindicar en nombre propio y en el de sus representados una rebaja fiscal en Sociedades, la supresión de los impuestos de Patrimonio y Sucesiones, unas cotizaciones sociales en línea con la UE y el abaratamiento de los costes energéticos. Factores que están lastrando la competitividad de las empresas.
Lo que no pudimos arrancar a Garamendi, y en verdad que lo intentamos, es el titular de que ya es momento de aflojar el cinturón de la moderación salarial, aunque lo piense y no está solo en CEOE. Pero prudencia obliga y todo se andará, aunque a su tiempo.