Las filiales en el exterior de las multinacionales españolas crecen desde 2010, según el IV informe del OEME - Moneda Única
Empresas

Las filiales en el exterior de las multinacionales españolas crecen desde 2010, según el IV informe del OEME

La producción internacional de las filiales en el exterior, medida por su cifra de negocio, supera, a partir del año 2007, el volumen total de las exportaciones de bienes y servicios de la economía española. El 4º Informe del Observatorio de la Empresa Multinacional Española refleja una recuperación de los resultados de las filiales en el exterior a niveles previos a la crisis y adelanta una tercera oleada de inversión en el exterior por parte de las grandes multinacionales del IBEX 35. Las filiales en el exterior de las multinacionales de servicios recuperan actividad y niveles de rentabilidad, a diferencia de las filiales de las multinacionales industriales que aumentan la actividad pero bajan en beneficio. Pese a la crisis económica iniciada en el año 2008, las empresas españolas han proseguido su proceso de expansión y consolidación internacional.

Un dato significativo es el incremento continuado, año tras año, del número de empresas residentes en España (no ETVE) con filiales en otros países, que ha pasado de 1.476 en 2004 a 2.170 en 2008, alcanzado a finales del año 2012 la cifra de 2.700 empresas, de las cuales 2.051 estaban controladas por capital español (datos del Registro de Inversiones Exteriores). Por otra parte, y pese a la drástica caída de los flujos de inversión directa en el exterior a partir de 2009, las filiales en el exterior de las empresas españolas han experimentado en su conjunto una evolución claramente positiva, recuperando el crecimiento de su cifra de negocios y niveles de rentabilidad a partir de 2010. Esta es una de las conclusiones del IV Informe del Observatorio de la Empresa Multinacional Española (OEME), promovido por ICEX y ESADE, con el apoyo de la Fundación PwC, que se ha presentado la semana pasada en Madrid y en el que se anticipa una tercera oleada de inversión en el exterior por parte de las grandes multinacionales del IBEX 35. “La UNCTAD espera una recuperación de los flujos globales de Inversión Extranjera Directa (IED), que alcanzarían 1,37 billones de dólares en 2015, 1,5 billones en 2016 y 1,7 billones de dólares en 2017 —comenta Xavier Mendoza, profesor de ESADE y director de OEME—. Asimismo, este organismo proyecta que algo más de la mitad de los flujos mundiales de IED se dirigirán hacia las economías en desarrollo, especialmente en Asia”. “Ello pone de relieve la importancia de que las multinacionales españolas sigan avanzando en la diversificación geográfica de sus operaciones en los países emergentes más allá de América Latina”, añade Mendoza. “La internacionalización, hoy en día, ha dejado de ser una opción a la que se enfrenta la empresa para convertirse en una necesidad” subraya Francisco Javier Garzón, consejero delegado de ICEX España Exportación e Inversiones. “Solo las empresas que logren ser competitivas a nivel global tendrán posibilidades de supervivencia en el medio plazo. La experiencia de nuestras multinacionales es un activo que explota ICEX en su estrategia de fomento de la internacionalización de las pymes españolas, nuestras principales clientes, a través de la puesta en común de las mejores prácticas y del aprovechamiento del efecto arrastre que las grandes empresas generan”, añade Garzón. Para sustentar sus perspectivas a corto y medio plazo, el Informe OEME realiza una completa radiografía de la evolución de la empresa multinacional española durante los últimos diez años, antes y durante la crisis. Esta, en palabras de Xavier Mendoza, “ha representado un freno muy importante en el ritmo de inversión en el exterior de las empresas españolas en comparación con los años inmediatamente anteriores, en que se habían alcanzado volúmenes excepcionalmente elevados”.

Así, los flujos netos de Inversión Exterior Directa (IED) emitidos en el periodo 2009-2013 se redujeron a una quinta parte del volumen alcanzado el quinquenio anterior, circunstancia que ha comportado que la economía española deje de ser una de las principales emisoras de IED a nivel mundial y se posicione como un inversor mediano, el decimoquinto en 2013, en línea con su peso en la economía internacional. La tendencia anterior contrasta con la evolución de las filiales en el exterior de las empresas españolas que fue, en términos agregados, claramente positiva. Tras la caída del comercio internacional y el parón de la economía mundial del año 2009, las filiales en el exterior recuperaron el crecimiento de su cifra de negocio y su rentabilidad volvió a niveles precrisis, en marcado contraste con la evolución experimentada con las empresas que operaban en el mercado español. Asimismo, cabe destacar la importancia de la producción internacional de las filiales en el exterior, medida por su cifra de negocio, que supera, a partir del año 2007, el volumen total de las exportaciones de bienes y servicios de la economía española, hecho especialmente remarcable si se tiene en cuenta la positiva evolución de las exportaciones españolas en estos últimos años. Merece especial mención la producción internacional de las filiales en el exterior que operaban en los sectores primario e industrial y que evolucionaron de forma paralela a la de las exportaciones españolas de bienes. Estos datos apuntarían, al menos a nivel agregado, a que “la multilocalización productiva, especialmente en los grandes países emergentes, no solo permite producir localmente con costes competitivos los bienes demandados por las clases medias, sino que también facilita a las empresas industriales españolas mantener la exportación de productos de gama alta y mayor valor añadido”, explica Xavier Mendoza, profesor de ESADE y director de OEME. El informe OEME recoge un giro en la inversión de la multinacional española, tanto en lo referente a sectores de inversión y geografías como en lo referente a modalidades de inversión, a partir del año 2008 y como consecuencia de las crisis. En cuanto al primer factor, la drástica contracción de la inversión española en el periodo 2009-2013 en relación con 2004-2008 es generalizada prácticamente en todos los sectores y destinos salvo en el caso de las actividades profesionales, científicas y técnicas, que experimentaron un crecimiento realmente notable. En cuanto a los sectores que vivieron una evolución más negativa, el informe identifica tres grupos: la industria manufacturera, la hostelería y las public utilities (suministro de electricidad y gas, suministro de agua, y telecomunicaciones), sectores todos ellos intensivos en capital. En lo que se refiere a destinos geográficos de inversión, Xavier Mendoza destaca “la pérdida de la supremacía de los países de la UE-27 como destino mayoritario (del 79,1% en 2004-2008 al 32% en 2009-2013) y el creciente protagonismo de América del Norte y Latinoamérica (en especial Brasil) que terminaron absorbiendo el 23,5% y el 23,3%, respectivamente, de toda la IED neta del periodo 2009-2013”. También se registró un proceso desinversor en África, mientras que ganó peso la inversión dirigida al resto de Europa, en especial Turquía, y a Asia y Oceanía.

El tercer cambio significativo en cuanto a estrategia es el que se deriva de la necesidad de mitigar los efectos de la fuerte restricción crediticia. Para ello, las multinacionales españolas optaron, a partir de 2009, por las operaciones de greenfield como modalidad predominante de inversión internacional, mientras que en el periodo anterior lo habían sido las adquisiciones. “Algunos analistas plantean que bien podríamos estar a las puertas de la tercera oleada de inversión en el exterior por parte de las grandes multinacionales del IBEX 35 —comenta Mendoza—, pero más allá de posibles adquisiciones concretas que se puedan conocer existen una serie de aspectos clave que apoyan dicho pronóstico: la recuperación de la rentabilidad de las filiales en el exterior de las empresas de los sectores de energía, telecomunicaciones y servicios financieros; la disposición de muchas empresas a crecer mediante adquisiciones y el más fácil acceso a los mercados de capitales por parte de las empresas españolas debido a la bajada de la prima de riesgo y, por tanto, la reducción en los costes de financiación”. Pero las perspectivas no son optimistas para las multinacionales de menor tamaño, y en especial las industriales, para las que la IV edición del OEME no prevé incrementos significativos de IED a corto plazo. La razón principal es el deterioro de la rentabilidad de sus filiales en el exterior junto con la creciente presión competitiva ejercida por los productores de las economías emergentes. En cuanto al destino geográfico de las inversiones en el exterior durante los próximos años, en el caso de las grandes multinacionales del IBEX 35 todo apunta a que la nueva fase de adquisiciones internacionales se destinará a complementar los activos que poseen en las regiones en las que ya están presentes (principalmente Europa, América Latina y Estados Unidos) más que a incrementar su presencia en nuevas áreas geográficas.

Compartir
Etiquetas: 0