Chile, uno de los mercados en mejor forma del momento, cuenta con una fuerte presencia de empresas españolas en su tejido empresarial, que ha contribuido al desarrollo de Chile.
Desde 2011 las firmas españolas han pasado a liderar la inversión extranjera llegada, desplazando del primer lugar a los Estados Unidos, insertándose no solo en la minería, sino, además, en casi todos los sectores productivos de la sociedad. En un reciente trabajo titulado «Impacto de la inversión extranjera directa en la economía chilena», que abarca desde 1974 a 2011, se concluye la importancia que esta ha tenido en el crecimiento económico chileno, en el de la productividad, en las exportaciones y en el aumento del empleo y de las remuneraciones, al que los empresarios españoles han contribuido y contribuyen de forma destacada a que así ocurra.
Así, se estima que un 15% del mayor número de ocupados de la economía chilena, o un 18% del incremento de la tasa de crecimiento del PIB chileno, o un 30% de alza en la tasa de formación bruta de capital fijo, habidos entre 2009 y 2011, se debe al aumento que de los flujos de IED, donde la aportación española supuso 7.174 millones de dólares en ese mismo periodo de tiempo.