China se ha propuesto que su divisa, el yuan, crezca en términos de influencia en el comercio internacional. Con ese objeto, a partir del año que viene, China pondrá en marcha un nuevo Sistema Internacional de Pagos de China (CIPS, en sus siglas internacionales).
Este sistema ha sido diseñado por el Banco Popular de China y su utilidad principal consiste en facilitar el comercio exterior chino en su propia moneda, además de posicionar a Shanghái como enclave de referencia en términos financieros, logísticos y comerciales a largo plazo, y otorgarle un lugar entre los centros financieros más importantes del mundo como Nueva York, Hong Kong o Londres.
La sociedad SWIFT, Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales, en palabras de Patrick de Courcy, su jefe de mercados e iniciativas para Asia-Pacífico, ha declarado que «El CIPS supone un avance crítico dentro de los sistemas de pago internacionales, ya que funcionará como un sistema complementario de los actuales servicios de clarificación del yuan en el exterior (de China), como Hong Kong, Singapur y Taiwán».
En China hay 300 usuarios de SWIFT, incluyendo 125 bancos y entidades extranjeras que operan en el país. Además, el Ejecutivo chino anunció hace unas semanas la creación de una zona de libre comercio también en Shanghái que complementará la actividad de su puerto, el más activo del mundo en tránsito de mercancías. La nueva zona coordinará las tres zonas francas ya existentes y ocupará una gran extensión de la ciudad para así expandir la liberalización financiera. En dicha zona los bancos extranjeros estarán autorizados para abrir filiales controladas por ellos, de forma que puedan instalar allí almacenes propios.