Los analistas de las entidades colocadoras están en estos momentos elaborando los informes para distribuirlos entre sus clientes, fondos de inversión, de pensiones y aseguradoras, principalmente. Según Telefónica, la compañía quiere una valoración que oscila entre los 8.000 y los 10.000 millones, ya que considera que los inversores pueden pagar entre 6 y 6,5 veces el ebitda de la subsidiaria. Otros discrepan al estimar que la matriz deberá ofrecer un descuento sobre su valor teórico al tratarse de una sociedad que sale a bolsa por primera vez.
En opinión de los brokers que acudieron a la reunión, la filial de la compañía española cuenta con atractivo para los inversores, ya que, goza de un reconocido prestigio en el mercado alemán y cuenta con un ptencial crecimineto, ya que la compañía tiene menos cuota de mercado que Deutsche Telekom y Vodafone, los dos líderes del sector. Y además, Alemania es de los pocos países de Europa donde hay expectativas de aumento del PIB.
Para Telefónica, esta OPV es vital para equilibrar su balance, presionado por una deuda que ronda los 60.000 millones de euros. Este pasivo, más la caída del cash flow operativo, obligó a César Alierta el pasado verano a suspender el dividendo al accionista por primera vez desde que llegó a la presidencia en agosto de 2000.