Según anunció ayer la ministra de Fomento, Ana Blanco, la gestión de los aeropuertos de Madrid y Barcelona no será privatizada como estaba previsto. La principal causa de la paralización de la privatización ha sido la falta de dinero para llevarla a cabo por parte de las empresas que podían quedarse con la gestión de los dos aeropuertos.
La decisión de suspender la privatización se ha producido tan sólo ocho días antes de que acabase el plazo dado a las empresas para presentarse al concurso para optar a quedarse con las gestión de uno u otro aeropuerto.
La decisión de privatizar los dos grandes aeropuertos españoles fue tomada por el anterior Gobierno y perseguía dos claros objetivos; por una lograr dinero para las arcas públicas, ya que el Estado esperaba conseguir 5.300 millones de euros en total. La segunda razón era librar a AENA de la compleja gestión de los dos aeropuertos.