En el contexto económico y financiero actual, marcado por la estabilidad aparente pero también por un incremento de los riesgos globales, la diversificación en la asignación de activos vuelve a situarse en el centro de las estrategias de inversión. No solo conviene reforzarla, sino también redefinirla. El entorno sigue siendo constructivo, pero obliga a planificar escenarios alternativos y a identificar diversificadores que respondan de forma adecuada según la trayectoria del mercado, en lugar de confiar en soluciones universales.
A nivel macroeconómico, los mercados de capitales mantienen un clima relativamente estable: el escenario Goldilocks continúa vigente, favorecido por el apoyo de los bancos centrales y por señales de aceleración de la economía mundial. En este contexto, los activos de riesgo podrían seguir beneficiándose.
Sin embargo, esta visión positiva convive con focos de riesgo relevantes. Una segunda oleada inflacionista o una recesión global provocada por tensiones arancelarias siguen siendo posibles. En renta variable, ciertos segmentos muestran valoraciones exigentes, aunque aún no irracionales. Mientras los beneficios corporativos se mantengan sólidos y los impulsores estructurales -como la Inteligencia Artificial (IA)- continúen firmes, podría existir margen para nuevas subidas, incluso si aumentan los riesgos extremos. También pesan la incertidumbre en torno a la política comercial de Estados Unidos, el debate sobre la independencia de la Reserva Federal y la inestabilidad política en Europa, factores capaces de generar episodios de volatilidad. En renta fija corporativa, la compensación por riesgo es reducida, y en los mercados privados la liquidez y las valoraciones podrían tensionarse.
La diversificación como pilar estratégico
En este contexto, la diversificación adquiere un protagonismo esencial.
La tradicional división por regiones o clases de activo puede resultar insuficiente. La diversificación, hoy, debe plantearse desde una perspectiva basada en escenarios:
- ¿Qué activos podrían mitigar el riesgo bajista en caso de corrección bursátil?
- ¿Cuáles resultarían útiles si repuntara la inflación?
- ¿Qué protección podría ofrecerse ante dudas sobre la sostenibilidad de la deuda soberana?
No todos los diversificadores funcionan igual en todos los escenarios, afirma Peter Warken, Co-Head of Allocation en DWS. La clave está en construir una cartera sólida y contar con un plan para distintos contextos.
En renta variable, las small caps europeas pueden reducir riesgos de concentración y, además, beneficiarse del programa de infraestructuras alemán y de la mejora del crecimiento en la Eurozona. Para diversificar mediante temáticas de alfa estructural, destacan sectores como las infraestructuras, la IA con valoraciones más atractivas -especialmente accesibles a través de tecnológicas asiáticas- y la revitalización de activos europeos.
En renta fija corporativa, los sólidos fundamentales del Investment Grade en euros ofrecen una ventaja competitiva para los inversores europeos, que además evitan costes de cobertura de divisa. Para los inversores estadounidenses, sin embargo, la divisa y sus costes asociados deben seguir considerándose cuidadosamente.
El oro continúa siendo un diversificador eficaz, aunque no universal. Resulta especialmente interesante para inversores preocupados por el elevado endeudamiento público y la incertidumbre política, o para quienes buscan reducir exposición a activos estadounidenses. No obstante, su reciente repunte aconseja prudencia a corto plazo. En una corrección bursátil severa, la deuda soberana podría ofrecer una protección inicial más eficaz, dado que el oro puede sufrir ventas en fases tempranas.
Por su parte, el dólar parece haber perdido temporalmente su papel tradicional como activo refugio.
Perspectiva hacia 2026
DWS considera que existe una probabilidad significativa de que el escenario Goldilocks se prolongue hasta 2026, lo que favorecería tanto a la renta variable como a los bonos corporativos de alta calidad. Bajo estas condiciones, una estrategia de diversificación basada en escenarios podría reforzar la estabilidad y abrir nuevas oportunidades para los inversores. Quienes sigan de manera consistente este principio de diversificación pueden generar estabilidad y, potencialmente, abrir la puerta a nuevas oportunidades en un entorno de mercado complejo.