Ecuador acudió ayer a las urnas para participar en una consulta popular y referéndum convocados por el presidente Daniel Noboa. Las cuatro preguntas sometidas a votación han sido ampliamente rechazadas, en lo que supone una significativa derrota para el Ejecutivo.
¿Qué se consultaba?
Las cinco grandes propuestas (aunque finalmente solo cuatro fueron validadas por la Corte Constitucional) eran las siguientes:
- Convocar una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución.
- Permitir bases militares extranjeras en Ecuador (eliminar la prohibición constitucional vigente).
- Eliminar la financiación pública obligatoria a los partidos políticos, con una reforma al artículo constitucional correspondiente.
- Reducir el número de asambleístas, bajando de 151 a 73, con argumentos de eficiencia legislativa.
Con una participación aproximada del 80% del padrón, los datos preliminares del Consejo Nacional Electoral (CNE) muestran un amplio rechazo en las cuatro propuestas, lo que tendrá implicaciones tanto política como para la economía.
Implicaciones políticas
El fracaso de las propuestas del Gobierno representa un duro golpe a su ambicioso proyecto de reforma institucional. Propone que sus ideas de seguridad, como la presencia de bases militares extranjeras, eran clave para combatir el narcotráfico. Su derrota podría debilitar su estrategia de colaboración internacional.
Otro elemento clave es la derrota de la propuesta de una nueva Constitución, lo que merma la pretensión para reescribir el marco legal del país.
Implicaciones para la economía
La negativa a la reforma que permitiría una Asamblea Constituyente puede frenar cambios legales profundos que algunos analistas veían como necesarios para mejorar la gobernanza y atraer inversión.
Por su parte, el rechazo a permitir bases militares extranjeras podría limitar ciertos acuerdos de cooperación internacional en seguridad que el presidente plantea usar para estabilizar al país, y la propuesta para eliminar la financiación pública a partidos, que también fue rechazada, mantendrá el modelo actual de financiación y evitará cambios radicales en la estructura política.
El resultado deja claro un rechazo popular importante a las reformas más profundas que planteaba el presidente, lo que puede interpretarse como un aviso ciudadano.
Analistas señalan que la derrota obliga al Gobierno a revisar su enfoque y buscar consensos más amplios para avanzar en su agenda, especialmente en temas sensibles como seguridad y sistema político.