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Las otras tensiones comerciales entre Estados Unidos y China

Aumentan las tensiones comerciales entre las dos primeras potencias. En el último CIO Office Flash Viewpoint, elaborado por Nannette Hechler-Fayd’herbe (Head of Investment Strategy, Sustainability and Research, CIO EMEA), se analiza la reciente escalada en las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, tras el anuncio de nuevas restricciones a las exportaciones de tierras raras por parte de China y los planes de EE. UU. de imponer aranceles adicionales y controles tecnológicos a partir del 1 de noviembre.

La interpretación del análisis de la tecnología Flash determina de la directiva que trabaja en la prestigiosa entidad financiera suiza describe que el 9 de octubre China anunció limitaciones a las exportaciones de tierras raras refinadas, un mercado estratégico a nivel mundial en el que tiene una posición dominante.

Al día siguiente, el presidente Donald Trump hizo incrementar las tensiones cuando declaró que Estados Unidos impondría un arancel adicional del 100% a las importaciones chinas, además de amplios controles a la exportación de tecnología a partir del 1 de noviembre. Estas medidas de represalia marcan un endurecimiento significativo en las relaciones entre ambos países y desencadenaron una reacción de riesgo fuera (risk-off) en los mercados financieros. Por tanto, la expectativa de la analista es que las dos naciones alcancen un compromiso en las próximas semanas; sin embargo, una escalada tendría implicaciones más profundas para la economía global.

Desde la reunión celebrada en Ginebra en mayo de 2025, Estados Unidos y China habían pospuesto reiteradamente la aplicación de aranceles y restricciones mutuamente amenazados. A pocas semanas del 10 de noviembre, fecha límite del actual alto el fuego negociado, el tono diplomático ha cambiado y las tensiones se han intensificado.

China ha anunciado importantes controles a la exportación de tierras raras y otros materiales, que entrarán en vigor a partir del 8 de noviembre. Estas medidas abarcan una amplia gama de materiales, y el gobierno chino ha indicado que serán necesarias autorizaciones especiales para exportar, lo que, como mínimo, ralentizará las cadenas de suministro.

En algunos casos, podrían interrumpirse completamente los envíos a determinados países y empresas, y, a largo plazo, podrían acelerar el desarrollo de fuentes alternativas. En el corto plazo, estas restricciones complican los esfuerzos de Estados Unidos por acumular reservas de tierras raras, elementos metálicos fundamentales en productos como los imanes de motores de vehículos eléctricos, teléfonos inteligentes, equipos de imagen médica y misiles.

No obstante, China fue cuidadosa al aclarar ante otros socios comerciales que sus restricciones no constituyen una prohibición, y que serán posibles las solicitudes de exportación para usos civiles y ciertas exenciones de licencia. Paralelamente, añadió 23 empresas estadounidenses a su “lista de entidades no confiables”, limitando su capacidad de operar dentro de China. Asimismo, China planea imponer tasas a los buques de propiedad, operación o bandera estadounidense esta semana, y ha ordenado a las autoridades aduaneras intensificar los controles sobre las importaciones de semiconductores procedentes de EE. UU.

En respuesta, el presidente Trump amenazó con imponer aranceles del 100 % a las importaciones chinas, junto con nuevos controles a la exportación de chips y software críticos destinados a frenar los avances tecnológicos de China a partir del 1 de noviembre. También sugirió que podría cancelar la reunión prevista con el presidente Xi Jinping. Aunque los comentarios recientes de ambas partes han sido más conciliadores, la posibilidad de una escalada persiste, y anticipamos unas semanas de elevada volatilidad aunque más adelante se mantengan o disminuyan las tensiones.

Eventos en las relaciones EE. UU. – China

La secuencia deliberada de fechas clave apunta a un deseo mutuo de mantener el diálogo y alcanzar un posible acuerdo.

Tensiones comerciales EE.UU. China

Reacción de los mercados y posibles escenarios

Los mercados financieros reaccionaron a la escalada con una clara preferencia por activos refugio. Las acciones estadounidenses registraron caídas -en especial las del sector tecnológico-, los rendimientos del bono del Tesoro a 10 años descendieron 10 puntos básicos hasta el 4,03 %, el oro se mantuvo en torno a los 4.000 USD por onza, el petróleo Brent alcanzó un mínimo de cinco meses, el bitcoin retrocedió un 8 % y el franco suizo se apreció frente al dólar.

Sigue siendo posible un acuerdo de compromiso, que permita el acceso de China a productos tecnológicos estadounidenses de alta gama, a cambio de la continuidad de las exportaciones chinas de tierras raras y materiales derivados hacia Estados Unidos.

La previsión es que ambas economías alcancen un compromiso antes del 1 de diciembre. Dado que siguen siendo interdependientes, ninguna puede cumplir sus objetivos de crecimiento interno sin la otra. No obstante, se espera que los nuevos aranceles estadounidenses sobre bienes chinos se mantengan durante varias semanas, generando escasez temporal.

A corto plazo, esto pesará sobre las acciones tecnológicas y, en general, sobre la renta variable estadounidense y china, mientras aumenta la volatilidad bursátil. Por el contrario, los activos refugio, como el oro, los bonos soberanos de alta calidad, probablemente se fortalezcan en respuesta a la mayor incertidumbre. En renta variable, los valores defensivos, especialmente en los sectores sanitario y de servicios públicos, podrían superar al mercado.

El riesgo principal es que las dos partes no logren un compromiso y que la situación se agrave, con consecuencias para la economía global y los mercados financieros. De producirse este escenario, el impacto sobre las perspectivas de inversión para 2026 sería más profundo.

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