La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha revisado al alza su previsión de crecimiento global para 2025, impulsada por el dinamismo de los mercados emergentes y el auge de la inteligencia artificial. Sin embargo, advierte que este impulso podría perder fuerza en 2026, cuando el impacto de los aranceles se haga sentir plenamente en la economía internacional.
Según el informe Perspectivas y estadísticas del comercio mundial, el volumen del comercio global crecerá un 2,4% en 2025, frente al 0,9% estimado en agosto. Para 2026, el organismo proyecta una desaceleración significativa, con un crecimiento de apenas 0,5%, muy por debajo del 1,8% previsto anteriormente. La OMC atribuye este retroceso al enfriamiento económico y al endurecimiento de las políticas comerciales.
Durante el primer semestre de 2025, el comercio internacional registró un aumento interanual del 4,9%, impulsado por importaciones anticipadas en Estados Unidos ante nuevos gravámenes y por condiciones económicas favorables. El gasto en productos vinculados a la inteligencia artificial —como chips, servidores y equipos de telecomunicaciones— creció un 20%, representando casi la mitad del crecimiento comercial.
Estados Unidos contribuyó con una quinta parte de ese repunte, mientras que Asia lideró con dos tercios del total, destacando por su fortaleza en la cadena de valor digital. “El desempeño exportador de Asia fue notable en productos de IA, alineado con el aumento global de inversión tecnológica”, señala el informe.
Tensiones comerciales y señales de enfriamiento
La OMC advierte que la proliferación de restricciones comerciales y la incertidumbre política podrían frenar la recuperación. Aunque el comercio de servicios se mantiene más estable, también muestra signos de desaceleración: se espera que crezca un 4,6% en 2025 y un 4,4% en 2026, tras haber alcanzado un 6,8% en 2024.
La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, subrayó que la resiliencia observada este año se debe al sistema multilateral basado en normas, pero advirtió que “la complacencia no es una opción”. La directora general, instó a los países a “reimaginar el comercio” y fortalecer los mecanismos globales para garantizar una prosperidad compartida.