El Círculo de Empresarios ha publicado una nueva Toma de Posición sobre el impacto en la economía mundial de los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump el pasado 2 de abril, donde alerta sobre las posibles consecuencias negativas para las más de 180.000 empresas europeas y más de 27.000 españolas que exportan a Estados Unidos en la actualidad.
Ante la creciente inestabilidad del entorno económico global, agravada por la nueva política arancelaria impulsada por Estados Unidos, el Círculo de Empresarios alerta del riesgo de una Europa poco competitiva, hiperregulada y fragmentada. En respuesta, el Círculo reitera su propuesta hacia una estrategia europea firme basada en la competitividad, las reformas estructurales y en dar los pasos decididos hacia una verdadera unión política.
Detectando el ruido de la señal
El nuevo escenario internacional está marcado por un giro proteccionista y transaccional en la política comercial de Estados Unidos, que amenaza con distorsionar el comercio global y ralentizar el crecimiento económico. La subida potencial de aranceles hasta niveles superiores al 20%, estimada por el Budget Lab at Yale, y su impacto en los mercados financieros y la inversión, suponen un reto de primer orden para las empresas europeas, especialmente las más expuestas a relaciones transatlánticas.
Según el FMI, la guerra arancelaria podría restar medio punto porcentual al PIB global, mientras que su impacto en Europa, en combinación con otros factores de estancamiento, puede traducirse en un prolongado ciclo de bajo crecimiento.
La negociación arancelaria debe ser paralela a las reformas estructurales pendientes. Lo más importante es avanzar con la unión política Para el Círculo de Empresarios, que preside Juan María Nin, la respuesta europea debe trascender de represalias arancelarias tácticas que solo agravarían la situación y señala que estamos ante una ventana de oportunidad para impulsar reformas estructurales que fortalezcan la competitividad empresarial y reduzcan las barreras internas en la UE. Además, debería apoyar la diversificación de mercados y la adaptación de las cadenas de suministro mediante políticas activas y temporales, y reforzar la autonomía estratégica en energía, materias primas y sectores clave como la inteligencia artificial o la defensa. Por último, apuesta por acelerar una integración política europea, incluso mediante coaliciones ad hoc, en puntos tales como la mutualización de la deuda y la consolidación de, al menos, un subespacio económico más homogéneo que el actual.
El Círculo destaca la urgencia de aplicar las recomendaciones de los informes Letta y Draghi, y alerta sobre la creciente y preocupante brecha de productividad de la Unión Europea con Estados Unidos, que exige una reacción inmediata y coordinada.
La UE y su potencial por sí misma
En palabras del Círculo: “El pragmatismo debe prevalecer. La historia demuestra que el proteccionismo empobrece. Europa necesita reformas profundas, no paliativos. Estamos en un momento decisivo para definir si queremos ser actores relevantes o espectadores subordinados en el nuevo orden mundial.”
Finalmente, el Círculo insta a los empresarios a ejercer una gestión prudente pero ambiciosa: reforzar su posición financiera, explorar oportunidades de crecimiento inorgánico y expandirse a nuevos mercados que surgen de este nuevo escenario geoeconómico.