Dinamarca es un país que destaca por su éxito económico y social, con un crecimiento sostenido cercano al 2%. Sobre esas premisas, Dinamarca se convierte en un destino con elevadas garantías para la inversión extranjera directa (IED). De esta forma, la inversión extranjera alcanzó los 6.080 millones de euros en 2016 concentrándose principalmente en el sector industrial, el inmobiliario, el comercio y el transporte. Entre los emisores destacan Reino Unido y Estados Unidos, seguidos de sus vecinos escandinavos.
Dinamarca ofrece incentivos fiscales para los desplazados desde el extranjero, e incentivos sectoriales debido a la existencia de espacios altamente especializados como el sector de la medicina avanzada, lo que supone una industria prometedora. En estos sectores se pueden obtener créditos para las fases iniciales de los proyectos.
Por lo que se refiere a España. La inversión en el país se encuentra por encima de los 40 millones de euros, sobre todo centrada en la industria y los servicios financieros.
Otro punto a destacar de la inversiones españolas en el país son las energías renovables pues Dinamarca se ha propuesto prescindir de las fuentes fósiles para 2050 y para ello debe favorecer los recursos eólicos.
España destaca en su dilatada experiencia en obras públicas en infraestructuras. Este tipo de proyectos se van a llevar a cabo en Dinamarca para la renovación de la red hospitalaria y de transporte, lo que en principio supone una oportunidad potencial para España.
Las tecnologías de la información y comunicación en Dinamarca suponen también uno de los mercados mundiales de pruebas más trascendentales, además poseer instalaciones de primer nivel, personal altamente cualificado, investigación sobresaliente y una regulación propicia.