La Primera Ministra del Reino Unido realizó su esperado discurso de la ruta conceptual que seguirá su país en la desconexión con la Unión Europea. Son previsibles dos largos años en los que se sucederán los pactos entre el país y su exsocio, y el anuncio que hizo la mandataria fue claro, tildado ya por los analistas como un Brexit duro.
Según el analista Enrique Díaz Álvarez, Theresa May provocó con sus palabras un gran favor a la cotización de la moneda nacional, la libra, que se apreció más del 1,5% en ese día frente al euro y el dólar.
Como se esperaba, May ha insinuado que Gran Bretaña no mantendrá el acceso al mercado único después de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, aunque prometió buscar el «mejor acceso posible».
Ante declaraciones ya esperadas por los mercados, éstos reaccionaron comprando libras tras la promesa de May de que sería necesaria una votación parlamentaria para que Gran Bretaña salga de la Unión Europea.
«Esperamos que la tendencia de altibajos de la libra continúe durante las próximas semanas y meses» dijo el analista Enrique Díaz, y añadió: «La verdadera prueba de la moneda tendrá lugar cuando se active el artículo 50, cuando empiecen a materializarse los acuerdos comerciales de Gran Bretaña de una manera más específica. Con los mercados preparándose para el peor de los casos, pensamos que son probables subidas modestas de la libra, particularmente frente al euro».
Otros analistas contemplan la posibilidad de que el Reino Unido amenace con convertirse en un paraíso fiscal si los acuerdos comerciales no le favorecen, aunque esto sería también un alto riesgo teniendo en cuenta que la balanza comercial entre la UE y el Reino Unido es tremendamente favorable a la UE.