No parece una casualidad que a primera reunión que mantuvo el presidente de Estados Unidos con un mandatario extranjero fuera con la primera ministra del Reino Unido. Pero el país británico sigue de hecho en el marco de la Unión Europea y esto le imposibilita pactar acuerdos comerciales bilaterales al margen de la UE.
Lo que parece claro es que ambos países apuestan por formalizar la relación que favorezca a sus respectivas economías y, de paso, provocar una mayor brecha entre la UE y Estados Unidos, algo que los politólogos plantean con especial preocupación.
La mandataria británica trasladó a Trump la importancia de la OTAN como la organización que posibilita la defensa y preservar en buena medida la paz en el mundo.