El crecimiento económico continuará ralentizándose en 2016 (+0,5%), muy por debajo de la media de crecimiento del 8,5% alcanzada de 2006 a 2015.
El crecimiento de la actividad está obstaculizado por la disminución de la producción minera y el débil crecimiento de los servicios. Los bajos precios de las materias primas y el crecimiento moderado de la demanda externa, especialmente en China, lastrarán el crecimiento de las exportaciones.
La rígida política monetaria, una consolidación fiscal más profunda, la débil confianza empresarial y las previsiones de una demanda limitada, se traducirán en una menor inversión y un consumo doméstico más débil