El fuerte crecimiento, por encima del +6%, está principalmente dirigido por una sólida demanda doméstica. La inversión privada se beneficia de los bajos costes energéticos, del fuerte crecimiento en el crédito y del aumento de los nuevos pedidos. El crecimiento del gasto público ha sido muy importante, especialmente en la primera mitad de 2016 debido al gasto relacionado con las elecciones.
En adelantes, se espera que el crecimiento del PIB se ralentice. Las exportaciones netas seguirán teniendo un rendimiento inferior debido al fuerte aumento de las importaciones y a un limitado crecimiento de las exportaciones. El consumo privado se moderaría y la inflación aumentaría, lastrando el poder de compra. Este contexto hace que tras las previsión del +6,5% para este año, el pronóstico se rebaje al +6% en 2017.