Sodoma y Gomorra en la España de las autonomías - Moneda Única
Opinión

Sodoma y Gomorra en la España de las autonomías

Opinión-Triper

José María Triper
Corresponsal económico de elEconomista.


Comparaba Cristóbal Montoro, con esa fina ironía que le caracteriza, la caótica situación financiera de las comunidades autónomas, con la maldición divina que acabó con la destrucción de Sodoma y Gomorra. “Yo no tengo ni cinco hombres justos” entre las autonomías, resaltaba el ministro de Hacienda en funciones, recordando el relato bíblico sobre las dos ciudades impías.Una realidad que, como recordaba también Montoro, está en el origen de las advertencias de Bruselas al Gobierno sobre el incumplimiento de los objetivos de déficit y que se constata con la prueba del algodón de las números que no sólo cantan, sino claman. Así, frente a la reducción constante del desequilibrio del   las comunidades autónomas han superado en más del doble el objetivo de déficit público previsto para 2015, del 0,7 por ciento del PIB lo que vuelve a colocar a España entre las tres únicas economías de la UE que habrán tenido un déficit público superior al 4 por ciento del PIB, junto con Grecia y Portugal.

Los resultados ya conocidos muestran que, mientras el Estado ha recortado su saldo negativo hasta el 2,76 por ciento del PIB, la desviación acumulada por las comunidades autónomas se eleva hasta el 1,66 por ciento del PIB. La comunidad autónoma más incumplidora ha sido Cataluña, que multiplicó por cuatro el objetivo previsto. Cerró 2015 en el 2,7 por ciento, prácticamente lo mismo que el año anterior. La segunda ha sido Extremadura, con un 2,64 por ciento. Le sigue Murcia, con un 2,52 por ciento; la Comunidad Valenciana, 2,51 por ciento y Aragón, con el 2,13 por ciento. Madrid, la segunda economía regional más importante del país, alcanzó el 1,36 por ciento, es decir, la mitad que Cataluña (la primera economía regional del Estado), pero el doble de lo previsto.

Son datos  que corroboran que incumplir el objetivo de déficit se ha convertido en el deporte favorito de las autonomías y en especial de  Cataluña y la Comunidad Valenciana que  llevan la friolera de diez años incumpliendo el déficit, y con un nivel de endeudamiento que les tiene al borde de la quiebra, de la que sólo se salvan por el rescate del Estado. Y tiene gracia que, como en el caso de la Generalitat, los mismos que preparan la secesión del Estado sean quienes un día sí y otro también recurren a ese mismo Estado para  que les saque del abismo.

Como dijo también Montoro, y ellos lo saben,  el Estado no va a dejar quebrar a ninguna autonomía. Es su deber, pero también el de acabar con esta orgía de gasto que al final se paga con los recortes y sacrificios de los ciudadanos.  “Hay que hacer los deberes”, repetía el ministro, porque no se puede consentir que las alegrías de unos se financien a costa de los sacrificios de los otros. Una bonita declaración de principios pero que, hasta ahora se ha quedado sólo en eso. Porque conocemos el mal, sabemos los remedios y el saneamiento depende de la  voluntad política. Si; pero, ¿quién le pone el cascabel al gato?

José María Triper
Corresponsal económico de elEconomista.

Compartir
Etiquetas: