Las ventas en textil y ropa disminuyeron un 4% en 2015, debido a unos precios de las materias primas inusualmente bajos (algodón -15%, lana -7%) y a las múltiples depreciaciones de divisas en todo el mundo, especialmente en las economías emergentes.
Como estas son las responsables del 80% de la producción, los pobres pronósticos económicos para Brasil y Rusia, y el giro de China hacia un modelo de servicios, continuarán pesando en el sector. Sin embargo, la situación financiera de las empresas ha mejorado entre 2011 y 2015.
Además, la demanda se verá impulsada por el crecimiento de la población (+500 millones de habitantes en 2020) y por el aumento de los ingresos gracias a la mejora del poder de compra de los hogares.