Jaime García-Legaz - Moneda Única
Secretario de Estado de Comercio.

Las exportaciones están aguantando y España va a cerrar este año con superávit exterior”

Jaime García-Legaz tiene fama de buen gestor, serio, eficaz, ponderado, analítico y poco dado a triunfalismos. Por eso sus palabras transmiten credibilidad los empresarios cuando afirma que los resultados del sector exterior de la economía española son “razonables” y que España cerrará también 2014 con superávit en la cuenta corriente. Optimista, pero con fundamento, asegura también que él no se cree que la UE vaya a una tercera recesión, y se ha marcado como objetivo que las exportaciones aporten el 40 por ciento del PIB en 2017.

¿La desaceleración de las exportaciones en los últimos meses está anticipando un cambio de ciclo en el sector exterior?

Creo que este año vamos a cerrar con superávit, que no va a ser del uno y medio como el año pasado, pero superávit. Ahora estamos en equilibrio con datos hasta agosto, lo cual con la subida que han tenido las importaciones y los pagos por renta derivados del aumento de la deuda y de las inversiones extranjeras, pues está bien. Y las exportaciones están aguantando con un crecimiento real del 1,9 por ciento que es superior al del año 2012 que fue del 1,7 por ciento y espero que en el último trimestre mejoremos esta cifra. Hay que tener en cuenta también que 2013 fue un año excepcionalmente bueno, pero si cerramos este año con un ligero superávit corriente y de capital nos podemos dar por satisfechos.

Pero la caída de nuestras ventas no es sólo en la UE, sino que es prácticamente generalizada en todas las áreas geográficas.

Hay que tener en cuenta que las economías de la Unión Europea no están creciendo, y que otras economías emergentes como Brasil, que antes crecían a ritmos elevados, presentan ahora un relativo estancamiento. Y si en China cae tres puntos el crecimiento, se nota. Pero también tenemos sorpresas positivas como EE UU, donde nuestras exportaciones están subiendo un 14,9 por ciento en lo que va de año. Entonces, yo creo que es razonable lo que está pasando.

¿No se han desaprovechado los años de la crisis para realizar el necesario cambio de modelo productivo?

Yo creo que se ha hecho un cambio importante. Pasar del 25 por ciento de exportación sobre el PIB en 2008 a casi un 35 por ciento ahora, pasar de un déficit corriente del 10 por ciento del PIB a un superávit de un punto y medio el año pasado y de tener cien mil empresas exportadoras a unas 150.000, es un cambio. Es verdad que es todavía un cambio insuficiente, pero los cambios estructurales son siempre a largo plazo. Vamos en la buena dirección, el discurso ha calado, las empresas han entendido que la internacionalización es esencial, y ahora hay que conseguir que termine de calar en las pymes y convencerlas de que tienen que ganar tamaño.

Precisamente el Consejo Empresarial de la Competitividad hacia referencia en su último comunicado al tamaño.

La gran empresa exportadora española está exportando muy bien, mejor incluso que las francesas, italianas o alemanas de su nivel. El problema está en que mientras Alemania tiene un 3 por ciento de sus empresas que son grandes, nosotros sólo tenemos un 0,5 por ciento. Necesitamos subir el tamaño de las empresas, necesitamos convertir a la mediana en grande y a la pequeña en mediana porque la excesiva atomización es una de las dificultades que nos está impidiendo ir más rápido en el proceso de internacionalización.

¿En este punto hay consenso político?

Aquí no hay discurso partidista. Da gusto ver como tanto en el PP como en el PSOE, PNV, CiU o UPyD, el discurso y la apuesta por la internacionalización son bastante coincidentes. Es una política de Estado y sabemos que podemos aspirar a exportar un 40 por ciento del PIB en tres años. Hay que hacerlo, sí. Tenemos que hacerlo, sí. Y para eso estamos trabajando todos.

¿Y, qué se puede hacer desde la Administración para conseguirlo?

Es fundamental el apoyo de las administraciones públicas en todo lo que es formación para la internacionalización. Ahí queremos apoyarnos mucho en la Cámara de España que tiene que jugar un papel fundamental tanto por la red de Cámaras que tiene como por su experiencia en las estrategias de internacionalización. Es importante también la financiación y nosotros hemos hecho un esfuerzo importante a través del ICO y hemos puesto 4.000 millones de euros desde 2012 solamente en líneas para internacionalización. Necesitamos también que el sector privado bancario y no bancario arrastre y aquí estamos viendo experiencias interesantes en la financiación por canales no bancarios. En esto hay que perseverar. Tenemos que cuidar a los fondos soberanos porque tenemos ahí un foco de atracción de inversión en capital que va a permitir a las empresas ganar músculo financiero, además de ir con un socio importante a los mercados que queremos ir.

La reforma fiscal, ¿ha tratado bien a la internacionalización?

La reforma fiscal en la parte que toca a la internacionalización es razonable. ¿Que nos hubiera gustado tener más incentivos?, probablemente. Pero la fiscalidad hasta ahora había desincentivado el crecimiento en tamaño de las empresas y a mí me interesa mucho más una reforma fiscal que no discrimine por el tamaño y que tenga incentivos para que la empresa crezca, que pequeños incentivos para la internacionalización. En este punto creo que la reforma fiscal es correcta y completa.

Los datos de la balanza de pagos muestran también una salida neta de inversiones. ¿Están perdiendo confianza los inversores en España?

No hay desconfianza. Un termómetro de confianza importante es el coste de financiación y España se está financiando a costes mínimos históricos. Lo que ocurre, al igual que en toda Europa, es que en 2013 hubo una llegada muy importante de inversiones extranjeras, mucha llegada de inversión a Bolsa y fue un año récord. Ahora, en un contexto en el que Europa no crece y hay rumores de una tercera recesión, en la que yo no creo, los mercados se mueven bien en turbulencias. Sin embargo, 2014 está siendo un año bueno en inversión en deuda y está llegando también inversión directa interesante en el sector energético, en el bancario y también hay un cambio muy importante en el sector inmobiliario. La inversión en centros comerciales es un buen ejemplo.

El programa de concesión de permisos de residencia a cambio de inversiones. ¿está funcionando como se esperaba?

Los datos son buenos pero mejorables. Hemos concedido casi 4.000 visados en el primer año de la ley. Estamos especialmente satisfechos en la parte relativa a profesionales altamente cualificados. Que las multinacionales puedan tardar ahora mucho menos en traer aquí a sus directivos era determinante para consolidar las inversiones extranjeras. Es verdad que fuimos un poco conservadores en la determinación de los requisitos para dar los visados y hemos recibido comentarios en otros países en el sentido de que nuestro régimen es poco competitivo en comparación con el de otros países como Portugal.

Los casos de corrupción y la deriva secesionista en Cataluña ¿están afectando a la imagen de España y a nuestras empresas en el exterior?

Yo no he recibido ningún mensaje de que las noticias sobre corrupción estén afectando a las empresas españolas. Sí recibimos, hace tiempo, alguna pregunta sobre Cataluña por parte de alguna multinacional, sin embargo las empresas están tranquilas con la actuación del Gobierno y descartan escenarios ajenos al orden constitucional.

Y, ¿hay peligro de deslocalizaciones?

Es que el proceso no puede avanzar porque es inconstitucional. Y, por tanto, como eso no va a ocurrir, no va a haber deslocalizaciones.

¿Qué pasa con el Sistema de Inteligencia Económica (SIE)? ¿Se va a poner por fin en marcha?

Está pendiente de que el Gobierno decida como articularlo. En mi opinión hay necesidad de establecer un sistema de inteligencia económica, que sería bueno para la economía española y para las empresas. Lo que sí digo es que el SIE no tiene que estar en Comercio. Nosotros podemos colaborar pero la decisión para ponerlo en marcha corresponde al Gobierno en su conjunto. Francia lo tiene, Estados Unidos lo tiene, también el Reino Unido, y nosotros deberíamos tenerlo.

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