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Economía

El Mundial subraya las debilidades de la economía brasileña

El bajo crecimiento, las insolvencias crecientes y la inflación hasta 2020 podrían llevar al descontento social y configurar la agenda política de Brasil. La Copa del Mundo de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 no han tenido ni tendrán un gran impacto en la economía del país. Solunion destaca que los dos mega-eventos deportivos contribuirán más a un aumento de la inflación que del crecimiento en Brasil.

La falta de infraestructuras, la insuficiencia crónica de inversiones, el proteccionismo, los elevados impuestos y un complicado clima empresarial impiden a Brasil beneficiarse al máximo de la actividad económica adicional que generarán los eventos. Son algunas de las conclusiones extraídas del último informe elaborado por uno de los accionistas de Solunion, Euler Hermes, líder mundial en seguro de crédito. “Aunque los estudios sobre mega-eventos han demostrado efectos positivos a corto plazo en la actividad real, siempre hay un resultado insignificante o incluso negativo a largo plazo, y la economía brasileña muestra especiales problemas”, comenta Ludovic Subran, Economista Jefe de Euler Hermes. “No solo el país no ha sido capaz de captar todos los beneficios económicos del Mundial, sino que ahora encara una inflación significativa que está impactando en la vida diaria de los brasileños”.

Los preparativos para ser el anfitrión de la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos no han impedido un agudo descenso de la economía del país en los últimos tres años, sin expectativas de un cambio la tendencia. En 2014, Euler Hermes estima que el impacto positivo de estos eventos en el crecimiento del PIB real estará limitado a 0,2 puntos porcentuales en el mejor de los casos. De cualquier modo, el impacto en la inflación podría alcanzar los 0,5 puntos porcentuales en 2014. En resumen, se espera que los dos eventos aporten cerca de 2,5 puntos porcentuales a las subidas del precio al consumo del periodo 2009-2016. El impacto en la actividad económica se apaciguaría lentamente tras 2014 y los efectos en el IPC podrían continuar hasta 2020. El aumento de la inflación ya está causando malestar social, lo que podría traducirse en profundas reformas estructurales y una nueva agenda política. Al aumento de la inflación, habría que sumar otros impactos de la Copa del Mundo:

1. Escaso impacto en el crecimiento del PIB y de las inversiones. El total de las inversiones en infraestructura para el mundial podría alcanzar los 26.000 millones de reales brasileños (0,5% del PIB) entre 2009 y 2014; el gasto para los Juegos Olímpicos se estima por adelantado en 12.000 millones de BRL (0,2% del PIB) entre 2010 y 2016. Son cantidades pequeñas en comparación con la economía del país. En 2009-2013, Euler Hermes estima que las inversiones solo han añadido de 0,5 a 0,8 puntos porcentuales de media por año al crecimiento de la inversión real, y de 0,1 a 0,15 puntos porcentuales por año al crecimiento del PIB real. Se espera que el impacto vaya disminuyendo de forma gradual después de 2014.

2. Efímero impacto en el empleo. Las autoridades esperan que la Copa del Mundo genere cerca de 700.000 empleos a lo largo de 2014. Con un mercado laboral estimado en 100 millones de personas, el impacto sería pequeño, especialmente a largo plazo. Muchos puestos de trabajo relacionados con el sector de la nueva construcción desaparecerán una vez concluidos los proyectos inversores, y en cuanto al empleo en el turismo, predominará un perfil cortoplacista y poco cualificado.

3. Aumento de las insolvencias a pesar de los mega-eventos. Las insolvencias empresariales han ido en aumento desde 2011 como consecuencia de la desaceleración económica, que ha sido más aguda de lo esperado. Se espera que la tendencia se mantenga por la debilidad de la demanda doméstica, el endurecimiento de las políticas monetarias y las subidas de los tipos de interés bancarios. Euler Hermes espera que las insolvencias aumenten un 9% en 2014 y un 3% más en 2015, a pesar del crecimiento en el sector de la infraestructura.

Aunque estas previsiones subrayan la debilidad inherente de la economía brasileña, no son todo noticias negativas. El informe no prevé la creación de una burbuja hipotecaria debido a la organización de estos mega eventos. Asimismo, el impacto de los eventos en las finanzas públicas será limitado y no representa una amenaza importante para las cifras fiscales. Euler Hermes estima que solo aumentará un punto porcentual al déficit fiscal 2009-2016. “Mientras el aumento del malestar social continúa como resultado del incremento de la inflación, no sería extraño ver que el calendario deportivo agudice el calendario político durante las elecciones presidenciales de octubre”, comenta Subran. “En definitiva, las reformas estructurales podrían ser el auténtico mega evento para la economía de Brasil”.

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