Portugal - Moneda Única

El socio lógico

Entre una nube de tópicos, una relación casi fraternal de amor – odio y la persistente sensación de que no nos conocemos del todo, nuestro vecino del Atlántico, Portugal, nos acompaña en nuestra historia antigua y reciente. Un país que esconde infinitos tesoros culturales, turísticos y gastronómicos, con una marcada identidad propia aunque siempre a la sombra de España, Portugal es hermano, vecino, socio, compañero y rival (que no enemigo).

Si bien las relaciones comerciales entre los dos países son fluidas desde hace siglos, no es hasta finales del siglo XX que ambos países entraron de la mano en lo que entonces era la Comunidad Económica Europea, la Europa de los 12. Los socios menores, los parientes pobres de la Unión, encontraron entonces en ese mercado europeo al que miraban con ilusión amplias posibilidades de crecimiento a la vez que acentuaban esa rivalidad comercial ante sus socios europeos, los ricos.

Con capital en Lisboa (unos 3,5 millones de habitantes), Portugal ocupa una superficie de 92.090 km2, con 10.487.269 (censo de 2012) habitantes. Otras importantes ciudades del país vecino son Oporto, Braga o Coímbra, y el país posee 18 distritos administrativos (Aveiro, Veja, Braga, Bragança, Castelo Branco, Coímbra, Évora, Faro, Guardia, Leiria, Lisboa, Portoalegre, Oporto, Santarem, Setúbal, Viana de Castelo, Villa Real y Viseu) y dos regiones autónomas, las islas Azores y Madeira. El país limita al Sur y al Oeste con el Océano Atlántico, y al Norte y al Este con España. Su forma de estado, una república instaurada hace más de un siglo, cuenta con un Presidente, Aníbal Cavaco Silva, y un primer ministro, Pedro Passos Coelho. Las elecciones próximas se celebrarán en 2016, eso si la situación de tensión social causada, entre otros motivos, por las medidas restrictivas impuestas por la Unión Europea y que el país debe cumplir, no hace que se adelanten.

El PIB per cápita del país alcanza aproximadamente los 19.223 dólares (dato provisional de 2013). La crisis ha afectado de forma inequívoca a Portugal, al igual que a España,  con cinco años de ausencia de crecimiento económico, alto déficit público y contracción de la demanda interna. El país puso en marcha medidas que intentaron contener el daño producido por la entrada en recesión que resultaron insuficientes. Cayó la confianza de los consumidores, la inversión y la actividad empresarial. Crecieron el paro y la inflación y hubo que pedir el indeseado pero necesario rescate de 78 mil millones de euros que pretendía reducir el déficit presupuestario. Tras la aplicación de recortes y reformas impopulares y onerosas para los portugueses, 2011 se cerró con una caída del 1,6% del PIB.

De eso han pasado dos años, 2012 y 2013, en los que Portugal ha mirado más que nunca al exterior, y no sólo por su situación de emergencia, sino  también realizando un visible esfuerzo por aumentar sus exportaciones, luchando por mejorar su situación económica, hecho al que se unen los incipientes síntomas de recuperación de las economías menores de la Unión Europea. A su favor juega que Portugal posee un buen entorno para el negocio, ocupando el trigésimo puesto del ranking Doing Business del Banco Mundial (España ocupa el cuadragrésimo cuarto).

Composición de la economía

Sustentada tradicionalmente en el sector primario, la economía portuguesa ha tenido que actualizarse y se orienta ahora más hacia el sector servicios, con especial énfasis en la hostelería y el turismo, ámbitos en los que los sucesivos gobiernos lusos han observado mayores oportunidades y buscan sacar partido a las indudables ventajas que el país ofrece en esos sectores. La necesaria mejora de las infraestructuras a tal efecto, asignatura pendiente que empezaba a recuperarse, se vio detenida por la entrada en recesión del país, y las grandes obras acometidas para acoger la Expo o la Eurocopa no han tenido la deseada continuidad. Sin embargo, y a pesar de todo, el turismo en Portugal es objeto de un importante plan estratégico con ayudas y promoción del gobierno, vigente como mínimo hasta 2015.

En cuanto a su comercio internacional, los datos más recientes indican que en los tres primeros trimestres de 2013 las exportaciones de bienes y servicios registraron un crecimiento del 4,7%. También crecieron las exportaciones de bienes un 4% entre enero y septiembre del presente año respecto del año anterior. El déficit de la balanza comercial se redujo un 17% respecto al mismo período de 2012.

En esos meses, las máquinas y aparatos siguen siendo el grupo de productos más exportado (14,7%) junto con vehículos y otro material de transporte (10,7%), los combustibles minerales (10,6% del total), los metales comunes (7,9%) y los plásticos y caucho (7,0%).  

El principal destino de las exportaciones de bienes fue la UE aunque aumentaron las exportaciones a los mercados del Magreb. Los principales clientes de Portugal fueron España, Alemania y Francia, y Marruecos gana importancia respecto de China entre los diez primeros países destino de las exportaciones portuguesas.

En términos generales,  y a expensas de una complicada situación económica, Portugal depende en gran medida de su capacidad para diversificar su actividad empresarial. La agricultura suma un 2 % de su PIB, con productos estrella como las frutas, verduras, el vino o el café. Portugal también exporta metales como cobre y estaño y es líder mundial en la producción de corcho. Resulta significativo el refuerzo de algunos subsectores, como el tecnológico, mientras que los sectores tradicionales como el calzado y el textil en durísima competencia con China, India y otros países asiáticos, perdía cuota interna para ganarla en el extranjero. Los sectores que mejor comportamiento han tenido a pesar de la crisis son los que se han especializado: automóvil, componentes, plásticos.

España y Portugal tienen fluidas relaciones bilaterales

Estas relaciones se ven determinadas por una histórica rivalidad comercial, manifestada desde siglos atrás, que ambos países se han esforzado en aliviar, teniendo en mente que uno y otro son vecinos y se necesitan dentro de una Europa dominada desde el norte. De momento, la balanza comercial hispano-portuguesa se saldó con 8.037 millones de euros en 2010 de superávit para España, dato que además es el más alto de los cinco ejercicios anteriores.  

El último dato disponible, desde el Instituto de Estadística portugués, habla de que en diciembre de 2013 el país exportó bienes por valor de 3.501 millones de euros e importó bienes por valor de 4.423  millones de euros. España fue destinatario de bienes portugueses por valor de 838 millones de euros, y vendió a nuestros vecinos 1.558 millones de euros, lo que convierte a nuestro país en su principal socio europeo. Destacan también como importantes socios de Portugal sus antiguas colonias, Angola, Cabo Verde y Mozambique.

La difícil situación que atraviesa Portugal puede convertir al país en un mercado más que deseable para otros países, pero en particular para España. Su proximidad geográfica y cultural, las posibilidades de transporte, la mayor facilidad para hacer negocios o el convenio que evita la doble imposición son buenas razones. Se espera que Portugal viva avances en el sector energético, particularmente en el área de las renovables, ya que, entre otros factores, posee la mayor planta solar de Europa. Los sectores logístico y agroalimentario parecen apuntar también buenas expectativas para la inversión y es posible que las infraestructuras comiencen a recuperarse. Sin embargo, son los ámbitos relacionados con la alta tecnología y la innovación los que auguran comportamientos más dinámicos en los próximos años: industrias de automoción, aeronáutica, eléctrica, electrónica TIC, biotecnología y sanidad.

Además, existen diversos acuerdos entre ambos países que facilitan los flujos comerciales:

• Convenio General de Navegación Aérea (1930).
• Convenio Postal Hispano-Portugués, (1959).
• Convenio Cultural entre España y Portugal (1970).
• Convenio sobre Seguridad Social (1969), revisado en 1984.
• Acuerdo Luso-Español de Cooperación Técnica y Asistencia Mutua en Materia de Protección Civil (1985).
• Acuerdo Complementario de Cooperación Industrial, Tecnológica y Energética, (1986).
• Acuerdo Hispano-Portugués de Transporte de Viajeros por Carretera (1986).
• Acuerdo de Cooperación Agrícola (1987).
• Acuerdo sobre Relaciones Cinematográficas ( 1989).
• Convenio sobre Competencia Judicial y Ejecución de Resoluciones Judiciales en Materia Civil y Mercantil (1989).
• Protocolo de Cooperación sobre Fiscalización de Zonas Fronterizas (1992).
• Convenio de Readmisión de Personas en Situación Irregular (Schengen, 1993).
• Convenio entre Portugal y España para Evitar la Doble Imposición y Prevenir la Evasión fiscal en materia de Impuestos sobre la Renta (1995).
• Convenio Marco relativo a la Mejora de Accesos (1998).
• Convenio sobre Recursos Hídricos, (1998).
• Convenio sobre Cooperación transfronteriza entre Instancias y Entidades Territoriales (2002).
• Acuerdo de Cooperación Científica y Tecnológica, firmado en Figueira da Foz (2003).
• Mercado Ibérico de la Electricidad (MIBEL) (2004).
• Acuerdo para la Creación del Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología, (2008).

Portugal y España han trabajado y aún deben trabajar más en aprovechar las ventajas que los unen, un mismo mercado europeo sin aranceles ni trabas al comercio, en el que desarrollar al máximo todas las posibilidades económicas y comerciales. Hay quien opina que se debería fomentar una “Iberia” comercial que permita a los dos países reforzar mutuamente sus economías. Se celebran periódicamente cumbres políticas y económicas y existen múltiples lazos materializados en las Cámaras de Comercio hispano portuguesas y otros organismos orientados a fortalecer las relaciones entre ambos países. Es significativa la fluida y estrecha relación entre las comunidades y distritos transfronterizos. A ambos países les unen intereses comunes dentro de la Unión Europea y trayectorias similares ralentizadas por la recesión. Las economías ibéricas pueden complementarse y cooperar unidas.

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