La gran oportunidad africana
Si el África subsahariana se caracteriza por sus extremos y casi siempre crueles contrastes, Angola no iba a ser una excepción. Se trata de uno de los mejores exponentes en este sentido, ya que combina frondosos parques naturales, flora y fauna magníficas, playas eternas y salvajes y recursos de incalculable valor con los devastadores efectos de la ingrata descolonización.
Nada nuevo bajo el imponente sol africano. Pero, como no podía ser de otra manera, ya en el siglo XXI, en Angola también resuena la palabra mágica que abre las puertas de los acuerdos de negocios: oportunidades.
Esta antigua colonia portuguesa obtuvo la independencia de la metrópoli en 1975 y casi de forma inmediata se declaró el conflicto armado que duró más de un cuarto de siglo. 27 años de guerra civil traumatizan a cualquier país y más si se pierden más de millón y medio de vidas humanas, con otros tantos angoleños refugiados en otros países. Nada volverá a ser igual en Angola, que lucha por dejar atrás su desgraciado pasado reciente.
La República de Angola se encuentra en la parte sur de África, bordeada por el océano Atlántico (también en su parte sur) entre Namibia y la República Democrática del Congo. 1.246.700 kilómetros cuadrados que presentan caras muy diferentes: desde las montañas que conforman abruptamente la costa a la plataforma que compone la mayor parte del territorio del país. Hacia el borde sur aparece el desierto, compartido con Namibia. Este país tiene unos 1.600 kilómetros de costa, mientras que el territorio fronterizo va desde los 2.511 kilómetros que comparte con el Congo Democrático. A nadie se le escapa el innegable interés de Angola como fuente de petróleo. La industria petrolífera, centrada en Malongo, pertenece básicamente a empresas angoleñas de explotaciones de este tipo de yacimientos como, Sonangol, y Gulf Oil.
Su capital es Luanda, su idioma oficial el portugués, aunque también se hablan otras lenguas como el umbundu, kimbundu o el kikongo. Está habitada por 18 millones de personas distribuidas en 18 provincias y 163 municipios, de los que son sus principales ciudades Benguela, Lobito, Huambo, Lubango, Malanje, Cabinda y Soyo. La moneda es el kwanza.
En cuanto a su situación política, en septiembre de 2008 se celebraron elecciones legislativas en las que el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) se proclamó vencedor con un 81,6% de los votos. Desde febrero de 2010, Angola cuenta con una nueva Constitución, que reduce el número de miembros del Gobierno, reconoce la tierra y los recursos naturales como propiedad del Estado y otorga nuevos derechos a la población, como el derecho a la huelga.
Angola va transformándose desde una economía post-conflicto a una economía típicamente de mercado. Unos recursos naturales impresionantes: petróleo, gas natural, diamantes, minerales, recursos hidráulicos, agrícolas y pesqueros. Aunque no aprovechados salvo en el sector petrolero. Además, en muchos sectores claves de la economía entre los que se encuentra la distribución, Angola es un oligopolio o incluso monopolio, con unos costes de transporte y de muchos productos básicos necesarios para el desarrollo industrial, agrícola y del sector servicios, muy por encima de las economías occidentales, lo cual es obviamente un lastre para su desarrollo.
La estructura económica descansa, pues, en el petróleo, que supone un 85 % de su PIB, entre las extracciones y las actividades derivadas. Este porcentaje ha aumentado a una media anual del 15%, entre 2004 y 2007. La cuota de producción de petróleo asignada por la OPEP al país es de 1,9 millones de barriles por día. La economía se está diversificando, de todas maneras, ya que los sectores no petrolíferos crecen a un ritmo mayor que la actividad relacionada con los hidrocarburos. El país vive un momento de reconstrucción, con el regreso de las personas desplazadas como principal factor que contribuye al despunte de la construcción y la agricultura. El sector primario, y, en concreto, la agricultura de subsistencia, es, además, la base alimenticia de la mayoría de los habitantes, ya que la mitad de los alimentos de consumo son importados.
Así, la distribución por sectores es la siguiente: el sector primario ocupa el 9,29% de la economía, la industria, el 62, 12% y los servicios, el 28,59%. El PIB per cápita alcanza los 5.318,04 dólares, con una inflación del 3,38%.
Existe un marcado interés por potenciar el sector servicios, y, en concreto, el turismo. La industria turística supondría la reactivación de la economía, la mejora de la calidad de vida de sus habitantes y, sobre todo, un acicate para ayudar a los angoleños. Para atraer a los ansiados visitantes, el país ofrece recursos como la belleza paisajística, con una naturaleza donde tienen cabida desde montañas a interminables playas, pasando por reservas naturales, sabanas o desiertos. Uno de los principales reclamos es el parque nacional Kissama. En contra de esta intención, pesa, no obstante, el obstáculo de la falta de infraestructura básica o de recursos turísticos. Los planes de construcción de hoteles de tres estrellas o los de restauración de edificios históricos o coloniales, además de la recuperación de la fauna, muy mermada por el furtivismo, son pasos hacia la creación de un interesante destino turístico.
Desde 2005, el Gobierno ha usado 1.000 millones de dólares en líneas de crédito con China, Brasil, Portugal, Alemania, España y la Unión Europea para la reconstrucción del país. En comercio exterior, reinan el crudo y los diamantes, base de las exportaciones angoleñas. Para Angola, sus principales comerciales son Estados Unidos, Portugal, además de países asiáticos como China, Taiwán o Corea del Sur. Su PIB sumó 114.200 millones de dólares en 2012. La exportación en Angola movió 65.689 millones de dólares en 2011, con China, Estados Unidos e India como destinos principales, y los refinados del petróleo, navegación marítima y fluvial y piedras preciosas como principales áreas exportadas. 21.735,60 millones de dólares movió la importación, procedentes de Portugal, China y Estados Unidos, que comerciaron maquinaria, navegación marítima y fluvial y aparatos eléctricos. Las principales oportunidades de negocio en el país se encuentran en la construcción, las energías, la agricultura, las industrias transformadoras, la explotación de hidrocarburos y minerales, el turismo y los servicios. Para fomentar el crecimiento y la diversificación de la economía angoleña, el Gobierno ha puesto en marcha planes y procesos de privatización. La inversión extranjera directa en Angola está relacionada principalmente con la industria de los hidrocarburos. El proceso de implantación en el país es algo más largo que la media de África subsahariana.
Sin embargo, se ha simplificado con la creación, en 2003, de la Agencia Nacional de Inversiones Privadas (ANIP), encargada del fomento de la inversión, y de la Ventanilla Única, para facilitar la creación de empresas. Desde mayo de 2011, la inversión mínima para adquirir el estatus de inversión extranjera se sitúa en un millón de dólares. Se pueden realizar inversiones menores, pero sin poder beneficiarse de algunos incentivos fiscales y aduaneros.
En el futuro, Angola dispondrá de importantes fuentes financieras derivadas de la industria extractiva. Se trata de una economía en proceso de transformación y de carácter emergente. El desarrollo de la cultura comercial y empresaria, el fortalecimiento del tejido pymes y la importancia del sector agroindustrial son factores que hay que tener en cuenta. Las infraestructuras, las tecnologías y las telecomunicaciones están también en pleno desarrollo y hay una necesidad de mano de obra cualificada que dificulta el crecimiento del sector servicios, sin olvidar el interés por crear el destino turístico Angola. Nuevos y lujosos hoteles han proliferado en el centro de la ciudad y se prevé que se vayan también desarrollando centros turísticos fuera de Luanda. Por lo demás, el sector energético, el tratamiento y gestión de recursos hídricos, el tratamiento y gestión de aguas residuales, el desarrollo de las infraestructuras urbanas en general y la construcción de obras públicas, transporte, etc. serán sectores de gran futuro en el país.
Crecimiento de las relaciones comerciales entre España y Angola
En el Plan África 2009 – 2011 del Gobierno español Angola figura como país de interés prioritario, de lo cual es muestra el hecho de que muchas empresas españolas estén ya presentes en el país. Y no es de extrañar, ya que existe una buena relación entre ambos países. Angola no fue colonia española, sino portuguesa, lo cual además ha servido para que los productos españoles se den a conocer en el país. Durante la guerra Angola recibió muchos cubanos que contribuyeron a difundir nuestro idioma.
Otro de los aspectos de la presencia española es el de la cooperación al desarrollo. En ámbitos como la salud, educación, desarrollo integral, protección social, sociedad civil, agricultura y seguridad alimentaria hay muchos cooperantes españoles y además se están poniendo en marcha acciones del Fondo para la Concesión de Microcréditos.
Los impuestos directos e indirectos recogidos por la legislación fiscal angoleña son, entre otros, el impuesto de sociedades (30%) y el IVA, cuyo tipo general es el 18%. Por otro lado, de momento entre Angola y España no existe convenio al que acogerse para evitar la doble imposición.
En lo que se refiere a acuerdos comerciales entre los dos países, existen varios. En noviembre de 2007 se firmó un acuerdo de Protección y Promoción Recíproca de Inversiones (APPRI) (pendiente de ratificación), y el Programa de Cooperación Financiera, con el que se pone en marcha un crédito concesional FAD no ligado de 200 millones de euros, junto con una línea de seguro de crédito a la exportación con CESCE.
Acuerdos principales entre Angola y España
Programa de Cooperación Financiera: se firma el 21 de noviembre de 2007 por el ministro de Industria, Turismo y Comercio español, Joan Clos y José Pedro de Morais Júnior, Ministro de finanzas de Angola. Comprende una línea de crédito concesional de 200 millones de €, su correspondiente cobertura CESCE de 200 millones de €, ampliada en otros 500, y FEV dentro de la línea ATAS.
El APPRI (Acuerdo entre el Reino de España y la República de Angola para la promoción y la protección recíproca de inversiones): igual que el anterior, fue suscrito el 21 de noviembre de 2007 por los Ministros Joan Clos y José Pedro de Morais Júnior (Finanzas). Sigue pendiente de ratificación por el Consejo de Ministros de España y por el Congreso, y por la Asamblea Nacional por parte angoleña. Hay erratas en proceso de subsanación que son las que impiden el trámite.
La regulación y condonación de deudas entre el Ministerio de Finanzas de la República de Angola y el Reino de España se firmó el 12 de marzo de 2009 entre el Director Nacional del Tesoro y el Subdirector de Banca de Cooperación y Mediación del ICO y se aprobó en consejo de ministros en septiembre del mismo año. Regula el pago de los intereses de demora generados por Angola frente a España procedentes tanto de deuda comercial (gestionada por CESCE) como de deuda de origen del Fondo de Ayuda al Desarrollo (gestionada por ICO).
Cooperación al desarrollo (1987): acuerdo marco en virtud del cual se establece que la cooperación se concentre en los sectores de sanidad, educación, gobernabilidad y seguridad alimenticia, además de la concesión de microcréditos. Para ello se estableció un presupuesto en ayuda no reembolsable de 22 millones de euros para 2009. Al convertirse Angola en un país de renta media, la VII Comisión Mixta determinará el reforzamiento de las capacidades humanas y el fomento de alianzas público – privadas dentro del tejido empresarial nacional.
- Se encuentran en negociación o previstos:
- Convenio para evitar la doble imposición (CDI).
- Convenio de Transporte Aéreo: existe de forma provisional desde 2011 un memorando de entendimiento firmado entre la Dirección General de Aviación Civil de España y su homóloga en Angola (INAVIC).
- Acuerdo de Cooperación en materia de turismo: el proceso se encuentra en fase de “borrador”.