La semana pasada se anunció que Dubai albergará la Exposición Universal en 2020, superando las candidaturas de Izmir (Turquía), Sao Paulo (Brasil) y Yekaterinburg (Rusia).
Por primera vez Oriente Próximo acoge este acontecimiento, que tampoco se ha celebrado nunca ni en en el norte de Africa o en el sur de Asia. El lema propuesto por UAE hace referencia a la idea de conectar mentes y crear futuro. Dubai es posiblemente el más conocido de los siete emiratos, centro neurálgico y atracción turística de la zona. La pretensión es convertirse en conexión entre Oriente y Occidente y que la Expo 2020 sea un motivo más para visitar la zona.
El coste previsto para esta exposición es de 6.500 millones de euros, que irán evidentemente al desarrollo de la sede en Jebel Ali y a la infraestructura para las conexiones, ya que está prevista la extensión de una de las líneas del metro de Dubai. Además, la idea es que aumente el empleo en el sector turismo y viajes hasta un 40 %. En 2012 la economía creció un 4,4% y con la Expo el incremento será del 6,4% cada año durante los tres próximos y potencialmente del 10,5% al año hasta 2020.