Las incógnitas de la Unión Europea - Moneda Única
Opinión

Las incógnitas de la Unión Europea

Felipe-Carballo-Ríos

Felipe Carballo Ríos.
Doctor en Ciencias Económicas.


De la Merkelización virtual a la Chinización real

Como reacción a la crisis de esta Unión Europea que nos toca vivir y padecer, destruyendo enloquecidamente su tejido industrial y de servicios, se está produciendo el resurgir de una nueva y negativa sensibilidad hacia la UE, muy alejada de un Maastrich, que después de los felices, neoliberales y globalizadores años 90, culminaron en la chapucera cumbre de Lisboa. Esta negativa sensibilidad, comienza a extenderse como respuesta al elevado deterioro económico y parálisis Institucional que se asienta en la UE. Como no podía ser menos, se ha traducido en una desafección y pérdida de confianza de la ciudadanía europea en sus representantes y en las políticas que de ella dimanan. Todo cual, no es más que la constatación de la incapacidad de su modelo económico y social, para adaptarse a una feroz Globalización, para la cual sus ciudadanos y empresas no estaban en absoluto preparados, generando en consecuencia un brutal desempleo, unas carencias sociales y un empobrecimiento de importantes sectores de su población, lo que está provocando como respuesta el renacimiento de nacionalismos egoístas excluyentes y populismos de opereta, que pensábamos ya superados en el tiempo, desgraciadamente ante el autismo y la parálisis de una desaparecida Comisión y de un Parlamento más cercano del Parnaso que de la tierra de sus representados.

Y no es para menos, ya que las demoras e indefiniciones de la Comisión y del Eurogrupo en consensuar decisiones y medidas de orden económico, unidas a la cuadriculada rigidez y dureza del BCE en la aplicación de una política monetaria, que añade más fuego a la falta de competitividad estructural, está provocando la precariedad y creciente cierre de empresas, con sus secuelas de paro y empobrecimientos de los países con las economías más debilitadas, que se ven sometidas, por la “Troika” de turno a un “Vía Crucis” de restricciones fiscales, financieras y monetarias, que como una mancha de aceite cubre ya a casi la mitad del PIB real de la Eurozona.

Aunque el origen estructural de las causas, que han llevado a esas cifras tienen una secuencia y valoración distinta en uno u otro país de la UE en general y de la Eurozona en particular, no es menos cierto que tienen en general las mismas tipologías de base, falta de competitividad de sus economías, peso excesivo del gasto público y por ende fuertes desequilibrios fiscales estructurales continuados, solo compensados con inasumibles endeudamientos y fuertes recortes de gastos e inversiones que están originando decrecimientos de los PIB nacionales afectados, solo en parte encubiertos por la existencia de un Euro estúpida y egoístamente sobrevalorado.

En este entorno globalizante, la UE y sobre todo la Eurozona, se enfrentan a profundas crisis estructurales, marcadas por el simplismo neoliberal y progresivo empobrecimiento y desmantelamiento del Estado del Bienestar, que simbolizaba el modelo de crecimiento equilibrado y solidaridad de la UE. Como consecuencia lógica, una marea ciudadana de desafección general y una quiebra general de confianza, tanto en los Gobiernos y las Instituciones nacionales y europeas, como en las estructuras políticas que las soportan, sacando a la superficie todos los egoísmos, nacionalismos y demás miserias de una UE cogida con alfileres, condenada desde el Norte a una egoísta ruptura y desde el Sur con algún desnortado asimilado a un “sálvese quien pueda”, en un mundo cada vez mas complejo, cínico, globalizado e interdependiente.

Solo un milagro o el nuevo Papa, que sería lo mismo, pueden salvar la UE de los riesgos de una teutónica Merkelización, que profundizará si no lo impedimos las dos velocidades, si no tres, a que se encaminan las economías de los estados que la conforman, los países del Norte liderados por Berlín más cerca del vellocino de oro, es decir del BCE y del “pleno empleo”, los del Sur liderados por París, más cerca de la caridad es decir del FMI y de la “patera de Ulises” es decir la chinización del empleo, aunque siempre nos quedará el consuelo de la City Londinense, que cual momia de la realeza financiera, intentará seguir pivotando un debilitado eje Euro-Dólar, por los siglos de los siglos… Amén.

Felipe Carballo Ríos
Doctor en Ciencias Económicas y miembro del Consejo Editorial de Moneda Única.

Compartir
Etiquetas: