Ésta va a aser la primera reunión que preside el holandés Jeroen Dijsselbloem, elegido en enero para sustituir a Jean-Claude Juncker, que dejó el cargo tras ocho años por voluntad propia.
También es la primera vez desde que en junio de 2012 se solicitó el rescate bancario que España no figura expresamente en el orden del día del Eurogrupo, lo que es una señal de que en Bruselas se considera que la situación financiera se ha estabilizado.
Desde el mes de junio, cuando se acordó la recapitalización bancaria, apenas ha avanzado, motivo por el cual, el Eurogrupo ha decidido trocear el debate y dedicar cada una de sus reuniones a una cuestión específica. La cuestión este lunes vuelve a ser en qué momento se fija la fecha a partir de la cuál el MEDE debe asumir la recapitalización directa. Alemania, Holanda y Finlandia quieren que el fondo sólo actúe para solucionar los problemas que empiecen a fraguarse en 2014, fecha en que el BCE asumirá la supervisión única de los grandes bancos.
El siguiente tema de debate es si se establece una cantidad tope de recapitalizaciones directas en el MEDE, que está dotado con 500.000 millones de euros y cuya ampliación no siquiera se considera. El problema es que la adquisición directa por parte del fondo de acciones en un banco en crisis es una inversión mucho más arriesgada, y que por tanto consume mucho más capital, que si se da un préstamo al Estado del mismo importe.
Pero el gran problema del rescate de Chipre, que sigue sin solución, es la sostenibilidad de la deuda. Debido al gran tamaño de su sector financiero, Chipre necesita un programa por valor de aproximadamente 17.500 millones de euros, equivalente al 100% de su PIB, que por tanto dispararía su deuda. Una de las opciones que estudia el Eurogrupo es si esta cuestión puede resolverse con los ingresos de los yacimientos de gas que podría haber en el país.