José María Triper
Corresponsal económico de elEconomista.
No poner nunca todos los huevos en la misma cesta. Este viejo refrán español ha sido siempre una premisa de todos los gobiernos que en nuestro país han sido desde la Transición, pero nunca se llevó a la práctica, bien por falta de recursos, bien por falta de interés de los ministros de turno. Prueba de ello es que todavía hoy la Unión Europea concentra el 63 por ciento de todas nuestras ventas en el exterior y América Latina es el grueso de nuestras inversiones internacionales.
Se trata de diversificar riesgos y aumentar las oportunidades y como aquí esto todavía sigue siendo una asignatura pendiente sucede lo que está ocurriendo, que la desaceleración de las principales economías europeas está empezando a frenar el avance de nuestras exportaciones, hasta el punto de poner en riesgo de gripamiento al único motor que, junto al turismo, funciona en nuestra maltrecha economía.
Mientras que, por el lado de la inversión, nos encontramos con que la inseguridad jurídica y las tropelías expoliadoras de algunos gobiernos bananeros de América Latina lesionan gravemente los intereses de nuestras empresas y nuestra imagen país, ante la pasividad de un gobierno que se limita a poner la otra mejilla.
Por eso es importante este nuevo impulso diversificador de los mercados en donde vender y para invertir, y con el que resulta fundamental la recuperación de la figura del Príncipe de Asturias, nuestro principal embajador, que ya ha vuelto a reestrenarse con éxito al frente de las delegaciones españolas a Marruecos y EE UU.
Esperemos que esta vez la estrategia de los huevos y las cestas no se quede en el intento. Como también esperamos que el Gobierno se decida, definitivamente, a presentarnos su proyecto estelar de la Marca España.
Porque no. A la tercera tampoco fue la vencida. Y la presentación de esa idea estrella de nuestro ministro de Asuntos Exteriores, se ha vuelto a suspender y, como los malos estudiantes, tendrá que esperar hasta septiembre, si no repite curso.
Porque tal y como están las cosas y tras la última bajada de pantalones de nuestra diplomacia con la demagoga Kichner de Argentina para que no nos deje plantados en la Cumbre Iberoamericana de Cádiz, y a pesar del esfuerzo de nuestros futbolistas ganando nuevamente la Eurocopa -eso sí hace Marca España- pues, lo tenemos pero que muy crudo. Y, aun así…
Desde el Ministerio justificaron el nuevo aplazamiento por motivos de tiempos y de agenda, que es lo socorrido y tampoco exige mucha imaginación. Pero en fuentes empresariales y en círculos próximos al Ejecutivo se comenta que desde Moncloa y otros departamentos ministeriales se ha puesto freno a una idea que califican de “descabellada” en los momentos actuales, con las bofetadas que nos han dado en Argentina, Bolivia, Gibraltar, y los mercados.
Y es que, a lo mejor, además de hacer flores con la marca, lo que debería hacer el señor García Margallo es defender los intereses nacionales con la energía, el coraje y la dignidad que merecen España, su historia y los ciudadanos a los que representa.
Y es que, señores del Gobierno, parodiando la famosa expresión atribuida al Almirante Méndez Núñez, más vale honra sin marca que marca sin honra. Eso sí, lo ideal es disponer de ambas. Pues a ello.