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Opinión

España, en el sueño americano

Jose-Maria-Triper

José María Triper
Corresponsal económico de elEconomista.


Apuntarse al sueño americano. Ese es el primer objetivo de la Administración Comercial española en su proyecto de diversificación geográfica de las exportaciones y las inversiones de las empresas españolas en el exterior, y de hecho ha sido EE UU el destino del primer viaje oficial del nuevo secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz.

Tras constatar la excesiva concentración de las ventas exteriores en los mercados de la Unión Europea, y de las inversiones directas en América Latina, el reto ahora es abrir el gran mercado norteamericano. Un país en el que ya han abierto brecha, y con éxito, las grandes multinacionales del sector financiero, como Santander o BBVA, y de infraestructuras, tecnologías y servicios como OHL, Indra o Talgo, y que se pretende actúen como locomotoras de otras sociedades españolas y, especialmente, de las pymes.

Los responsables del nuevo gobierno de Madrid son conscientes de que, con un PIB nominal de 14 billones de dólares, Estados Unidos va a seguir siendo la primera economía del mundo durante mucho tiempo, que tiene, además, unas necesidades de inversión en infraestructuras y energía muy importantes en la próxima década, y nadie mejor posicionado que la empresa española para satisfacerlas, por su experiencia.

Los proyectos ya realizados en autopistas, autovías, energía, obras hidráulicas, ferrocarriles de alta velocidad, son la mejor credencial para abordar nuevas iniciativas comerciales y de implantación de mayor envergadura y que consoliden, de una vez, a la Marca España como una garantía de calidad, servicio, tecnología y prestigio.

De hecho las relaciones económicas bilaterales han tenido ya un incremento espectacular durante los últimos años, como demuestra el volumen de intercambios comerciales, con unas exportaciones españolas por valor de 7.889,3 millones de euros en 2010, cifra que supone un crecimiento interanual del 20,8 por ciento y que sitúa al gran mercado norteamericano como el sexto cliente mundial de España, sólo por detrás de Francia, Alemania, Portugal, Italia y el Reino Unido.

Muy importante ha sido también la mejora de la posición inversora española en EE UU, que en sólo seis años se ha multiplicado por siete, pasando de sólo 5.818 millones en 2004 a 40.723 millones de dólares en 2010.

Las oportunidades que se abren son inmensas, fundamentalmente en los Estados de Florida y California, pero también en el conjunto del país, y en sectores como el agroalimentario, bienes de consumo, sanidad, química, defensa, biotecnología, cultura y turismo de negocios; con mención especial para las infraestructuras y las energías renovables, dos de los pilares del nuevo plan de estímulo económico del presidente Obama, y en los que las empresas españolas ocupan puestos punteros a nivel mundial.

La parte más difícil del camino ya está andada y ahora es necesario llegar hasta el final para situar a la industria y a las empresas españolas al nivel de excelencia que gozan ya nuestros deportistas, chefs y cineastas. Los Gasol, Nadal, Ferrán Adriá, Arzak, Banderas o Almodóvar, son los mejores embajadores para conseguirlo.

José María Triper
Corresponsal económico de elEconomista.

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