En el último informe emitido por la agencia de calificación se apuntaba a un crecimiento del 0,5% en 2012, sin embargo la difícil situación económica, el alto nivel de desempleo y la situación bancaria española han sido factores determinantes para que Fitch revise a la baja el crecimiento del mercado español.
El informe apunta a que «el endurecimiento de la crisis en la zona del euro, el deterioro del ambiente macroeconómico en España y Europa, el incremento de la volatilidad del mercado y la huida del riesgo pueden afectar negativamente al perfil crediticio de los bancos».
La agencia ha señalado también que la banca nacional va a tener que hacer frente a diversos retos y que las entidades con un negocio más diversificado geográficamente como Banco Santander y BBVA, tienen mayor capacidad para compensar sus resultados en España. Sin embargo, advierte de que a pesar de que la diversificación les da mayor estabilidad, BBVA tiene más de la mitad de su negocio en España y Banco Santander alrededor del 30 %.
El informe apunta también que los costes de acceso a la financiación de los bancos se han visto afectados por el deterioro de la deuda soberana española, la falta de demanda de préstamos y el incremento en las exigencias de reservas impuesta por la Autoridad Bancaria Europea (ABE) y añade que la mayor parte de las entidades bancarias necesita reforzar su capital.
Por último el informe hace referencia a que la exposición inmobiliaria continúa siendo un gran riesgo para los bancos españoles, lo que, unido al «potencial de recesión», hace prever un deterioro en los préstamos que concede el Sistema Monetario Europeo.