La entidad financiera, ha sido la primera en hacer públicos los beneficios obtenidos en 2011, y en adelantarse a las nuevas exigencias, marcando el camino que con toda probabilidad seguirán el resto de entidades competidoras.
Banesto ha decidido renunciar a buena parte de sus beneficios para adelantar el saneamiento de los activos inmobiliarios, ya que se espera que el Gobierno anuncie a mediados de febrero un incremento de las exigencias de provisiones o un ajuste del valor de estos activos.
La provisión ha reducido el beneficio anual de la entidad hasta los 125 millones de euros, un 72,8% menos que hace un año. Descontando este efecto, el resultado ordinario fue de 405 millones, con una caída del 12%, algo mejor de lo que preveían los analistas, que auguraban caídas de entre el 18% y el 26%.
Banesto ha alcanzado una ratio de capital principal (coreTier1) del 9%, el mínimo que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) ha exigido a los bancos sistémicos de cada país para el próximo junio.