La nueva Ley de Puertos, tiene como objetivo conseguir un sistema portuario más competitivo en una economía global, a la vez que busca el sostenimiento de sectores energéticos de gran importancia social.
El texto aprobado otorga mayor autonomía a las Autoridades Portuarias y apuesta por la autosuficiencia económico-financiera. De acuerdo con las pautas fijadas por Puertos del Estado, el sistema portuario asume el compromiso por ley de alcanzar una rentabilidad anual del 2,5%.
Además, el texto incentiva la competitividad y la eficiencia con mayor libertad tarifaria y refuerza el libre acceso a la prestación de los servicios portuarios, e impulsa la sostenibilidad. La norma también potencia la política marítima atlántica, las plataformas logísticas del Mediterráneo y el desarrollo de la red transeuropea de transporte. En este sentido, se obliga a que los planes de infraestructuras de las Autoridades Portuarias planifiquen las redes viarias y ferroviarias de acceso a los puertos, apostando de manera decidida por la intermodalidad.
Con el objetivo de fomentar los intercambios comerciales con Europa, la nueva Ley de Puertos impulsa las denominadas Autopistas del Mar. La previsión es que la explotación de estas líneas, pioneras en Europa, evite cada año la emisión de más de 100.000 toneladas de dióxido de carbono y el ahorro de costes externos del orden de 80 millones de euros. El texto refundido de la nueva ley culmina así el camino iniciado en esta legislatura, que ha permitido encadenar 21 meses de crecimiento ininterrumpido en los tráficos marítimos, salvando el sistema portuario lo más agudo de la crisis económica.