Manuel Teruel - Moneda Única
Presidente del Consejo Superior de Cámaras.

«Vamos a implantar en las Cámaras un modelo de gestión empresarial y de eficiencia”

Un empresario de éxito convencido de la innovación y pionero de la internacionalización, el nuevo presidente del Consejo Superior de Cámaras nació en Santa Eulalia (Teruel), Manuel Teruel acaba de cumplir 55 años. Es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Máster en Comercio Exterior, presidente de la Cámara de Zaragoza y su empresa, Taimweser es una de las abanderadas de la marca España en los mercados internacionales.

La vicepresidenta segunda del Gobierno y Ministra de Economía, Elena Salgado se ha comprometido a contribuir a la cofinanciación de las Cámaras de Comercio. Es el primer éxito en la gestión de Manuel Teruel. Apenas un mes después de su elección como presidente del Consejo Superior de Cámaras este emprendedor aragonés se ha empeñado en acometer la necesaria refundación de estas entidades centenarias y demostrar que son un instrumento esencial para la formación, la innovación y la internacionalización de las pequeñas y medianas empresas españolas.

En su toma de posesión reconoció que asumen la presidencia de las Cámaras en un momento crítico. ¿Les gustan los retos difíciles o es qué está realmente convencido del futuro de estas instituciones?

Las crisis son cambios rápidos y violentos que descolocan a quien no los ha previsto o tiene una capacidad de respuesta más lenta. Pero de las crisis se sale adaptándose a la nueva situación. Soy consciente de que esto es difícil pero el que sea difícil no quiere decir que sea imposible ni improbable.

Pero, la supresión de la cuota cameral obligatoria impone un nuevo modelo cameral que garantice la financiación y la propia supervivencia de las Cámaras. ¿Sobre qué parámetros va a articularse esa refundación?

El decreto del pasado tres de diciembre cambia sustancialmente las Cámaras y nos obliga a mejorar sustancialmente. Y aunque es verdad que no hemos sabido vender bien nuestros servicios, también lo es que aportamos mucho más de lo que la sociedad conoce. Por eso el nuevo modelo debe estar basado en la aportación de las nuevas tecnologías para ser eficientes. Para ello es imprescindible promover una nueva Ley de Cámaras. Una Ley de amplio consenso con las organizaciones empresariales, los partidos políticos y las comunidades autónomas. Esto nos dará estabilidad y perdurabilidad en el tiempo.

Y, mientras, ¿cómo se van a financiar para mantener la estructura y los servicios?

El trabajo de modernización ha empezado ya, y mi primer mandato es revisar la totalidad de los servicios para ver el coste económico que tienen, cómo se financian y si hay que prescindir de algunos para dedicar esos recursos a potenciar otros que respondan más a las demandas de las pequeñas y medianas empresas. Si vamos a dar servicios de calidad los receptores de esos servicios tendrán que pagar una parte de su coste, porque como dice el refrán: lo gratis, ni pagado ni agradecido. El resto habrá que financiarlo con cuotas voluntarias de las empresas y mediante la encomienda de servicios que nos hagan las Administraciones.

¿Esto es el copago del que usted habló en su investidura?

Sí. Y aquí las Cámaras podemos aportar muchísimo desarrollando actividades de formación cultural empresarial, mejora de la competitividad e impulso a la internacionalización. Soy muy consciente de que en este país hay cinco millones de parados y la solución para crear empleo es la generación de PIB, algo en lo que las pymes tienen mucho que decir. Estamos hablando de empresas que, muchas de ellas tienen buena tecnología pero que no dominan ni mercados ni productos, que tienen una dimensión pequeña y que no están internacionalizadas. Por eso las Cámaras somos más necesarias que nunca.

Pero el primer problema de las pymes es la financiación. ¿Cómo pueden ayudar aquí las Cámaras?

Aunque la crisis financiera es internacional, aquí tenemos el problema adicional de la alta concentración en el sector inmobiliario y los bancos españoles tienen un problema de activos fijos de realización muy lenta. Por eso las empresas están aprendiendo a financiarse por métodos distintos, a través de los clientes, de los proveedores. Hoy el dinero forma parte de la logística de los proyectos y ahí tenemos cosas que aportar, porque la financiación tradicional todavía tardará mucho tiempo en recuperarse.

¿De verdad, son necesarias las Cámaras? ¿Qué es lo que pueden aportar hoy a las pymes?

Necesarias no, somos imprescindibles aportando servicios que aumentan el conocimiento del management del emprendedor ayudándole en la mejora de su competitividad interna, en su internacionalización y trasladando a las administraciones las carencias que detectemos a través de nuestro contacto con las empresas. Para esto contamos con la mayor red de proximidad, que tenemos que mejorar concentrando el conocimiento de los servicios y llegando al usuario a través de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.

La supresión de la cuota obligatoria ¿va a obligar a cerrar Cámaras? Se habla de que podrían desaparecer más de la mitad.

Es prematuro decir si van a desaparecer o no. Lo primero que tienen que hacer las Cámaras es una reubicación en el escenario de los nuevos tiempos y en la nueva realidad. Revisar nuestros servicios y procesos y utilizar la eficiencia y las sinergias para mejorar la red. Mi cabeza no está programada para despedir a nadie. Está programada para refundar las Cámaras, modernizarlas, vincularlas a las necesidades de los empresarios y mantener todos los puestos de trabajo.

En su investidura pidió al ministro de Industria ampliar el periodo transitorio para mantener las cuotas de las grandes empresas un año más. ¿Es posible?

A los ministros siempre hay que pedirles algo. Y, además, tenemos que sensibilizar a las administraciones de que para llegar a donde queremos necesitamos tiempo y apoyo. Nosotros vamos ha hacer nuestros deberes. Vamos a implantar en las Cámaras un modelo de gestión empresarial y de eficiencia, pero nos tienen que ayudar.

Por primera vez en muchos años las Cámaras han elegido a un empresario. ¿Se abre con ello la puerta a la necesaria despolitización de estas instituciones?

Yo no he tenido ningún tipo de presión política y tampoco ningún partido ha intentado inmiscuirse en mi elección. Soy una persona plural y no tengo color político que me identifique. Un empresario en activo que viene a las Cámaras consciente de la dificultad del momento pero con la energía suficiente para estar al frente y con el respaldo mayoritario. Elegir a un empresario para reconvertir y gestionar un entorno empresarial se supone que es bueno y es lo lógico.

Junto a la despolitización, ¿es necesario también una desvinculación del territorio para mirar más al servicio general?

Hoy el mercado es global, es el mundo y las Cámaras tienen que adaptarse a él. Por eso hay que potenciar muchísimo la red de Cámaras. Vamos a tener Cámaras que hagan servicios o proyectos para otras para realizar acciones cada vez más ambiciosas y potentes y servicios compartidos. Pero ello sin olvidar que somos una administración de proximidad, que ponemos cara y ojos al emprendedor.

Y, ¿va a servir para mejorar también la relación con CEOE?

Los problemas con CEOE han sido siempre más cuestiones de carácter personal que entre las instituciones. Tenemos que tener presente que nuestros clientes son los mismos y que necesitan los servicios de unos y de otros. Estamos abocados a compartir políticas y servicios. Nuestro trabajo es más social, más apoyo a la internacionalización y, en materia de formación, debemos delimitar los ámbitos para que cada uno haga aquello para lo que está más preparado.

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