Los salones de maquinaria y técnicas relacionadas con el mercado del vino y del aceite finalizaron el pasado viernes tras varias jornadas en las que el negocio fue la principal nota característica de esta edición. ENOMAQ-OLEOMAQ, TECNOVID-OLEOTEC y FRUYVER constituyen un elemento clave para el sector y un motor de despegue y de optimismo.
Más de 20.000 profesionales eligieron los salones de Feria de Zaragoza, en un cita que obtuvo un buen balance final y en la que buena parte de los expositores superaron sus expectativas. Los certámenes se caracterizaron por su innovación y por una gran agenda comercial, que se vio compensada con la afluencia de público y la respuesta de las empresas.
ENOMAQ- OLEOMAQ, TECNOVID-OLEOTEC y FRUYVER cerraron sus puertas tras cuatro días en los que, además de los productos exhibidos por las más de mil firmas, hubo un gran número de actos, tales como catas, jornadas técnicas, reuniones profesionales y presentaciones de productos.
La celebración de estos salones ha servido para demostrar el apoyo de Feria de Zaragoza hacia dos sectores tan relevantes como el del vino y el aceite. En esta misma línea, el consejero de Agricultura del Gobierno de Aragón, Gonzalo Arguilé, explicó durante la inauguración que es necesario estar con esta industria, además de avalar el papel del cooperativismo relacionado con el segmento vitivinícola y oleícola.
Del mismo modo, Manuel Teruel, presidente de Feria de Zaragoza, explicó que el sector apuesta por Feria de Zaragoza “porque Feria de Zaragoza apuesta por el sector”.
En el plano internacional hay que destacar la presencia de más de un centenar de delegaciones de Argelia, Argentina, Argentina, Estados Unidos, Hungría, Israel, Jordania, Líbano, Marruecos, Siria, Sudáfrica, Túnez y Turquía, que participaron en las Misiones Comerciales de esta edición.
El “punto de misiones” fue el escenario donde se llevó a cabo una amplia agenda de encuentros comerciales entre empresarios de estos países y los expositores españoles presentes en el certamen. La finalidad de esta iniciativa está marcada por la apertura de nuevos mercados, calificados como emergentes, en los que poder exportar los productos y la maquinaria española.
Además, de la parte expositiva y meramente comercial, los más de 45.000 metros cuadrados de exposición sirvieron para dar a conocer las innovaciones y los proyectos que marcarán el futuro de la maquinaria vitivinícola y oleícola. Hay que destacar, asimismo, la zona congresual, donde se debatieron, entre otros temas, la introducción de la tecnología y su aplicación a las fincas, así como los mecanismos para lograr un menor impacto medioambiental.
La cata dirigida de Pancho Campo, primer Master Wine español, que visitó las instalaciones feriales durante la primera jornada, fue muy alabada por los profesiones que, en un gran número, acudieron a la convocatoria. Aquí se degustaron nueve vinos aragoneses, la mayoría de uva garnacha, y se habló acerca de los mecanismos a utilizar de cara a redirigir el consumo del vino hacia los jóvenes porque “son el futuro y quienes beberán vino dentro de diez o quince años”.
En definitiva, durante cuatro jornadas, los certámenes internacionales que se dieron cita en los pabellones de Feria de Zaragoza se han erigido como el mayor escaparate en el que se han exhibido las últimas innovaciones en materia de maquinaria y tecnologías aplicadas a la industria del vino y el aceite, y a las bebidas en general.