El Grupo Ortiz ha cambiado su sede social, coincidiendo con su plan de expansión. Y es que en estos últimos años la compañía del sector de la construcción ha experimentado un crecimiento muy positivo gracias a la diversificación del negocio (energía, inmobiliaria,…), la expansión internacional y la compra de empresas que se han unido al Grupo. De ahí, por tanto, nació la necesidad de trasladar su sede a unos edificios más amplios y con mayor capacidad donde comenzar una nueva etapa.
Desde principios de la pasada semana, un total de 400 trabajadores de los más de 1.800 con los que cuenta el Grupo, están ya instalados en los nuevos edificios, ubicados en el número 44 de la avenida del Ensanche de Vallecas, en Madrid. Se trata de dos edificios muy singulares por su estructura, de grandes pórticos de hormigón y aproximadamente 10.000 metros cuadrados cada uno, que han sido construidos con el propósito de incorporar en ellos técnicas constructivas y medios de producción que consiguen un elevado índice de eficiencia energética y un máximo confort para sus empleados.
Entre las medidas bioclimáticas adoptadas destacan, entre otras: Mejora de la protección solar a través de las costillas verticales y por los parasoles horizontales en fachada sur que proporcionar control selectivo de la radiación solar; incremento de sombreamiento de la cubierta por las costillas superiores; mejora de la inercia térmica interior por la estructura sin revestir por el falso techo; y mejora del acristalamiento del muro cortina para la optimización del aporte energético y luminosidad.
En cuanto al apartado de energías renovables y ahorro energético, las medidas adoptadas también han sido de primera línea: uso de paneles solares fotovoltaicos y paneles solares térmicos; utilización de equipos de cogeneración; instalación de intercambiador geotérmico tierra-aire para la distribución del aire; equipos de enfriamiento de agua por absorción; ventilación exterior o cruzada nocturna; utilización de free-cooling en climatizadores; sustitución de la iluminación artificial por natural mediante luminarias que se adaptan de forma automática; sistemas de control y regulación universal, de monitorización y seguimiento energético
En definitiva, todo ello hace que sean unos edificios que, siguiendo las exigencias del Código Técnico de Edificación, alcanzan la máxima calificación bioclimática: clasificación A.