Los miembros del Jurado reconocen el esfuerzo de la entidad presidida por Isidro Fainé en vertebrar un sistema de información «veraz, completo y accesible», que da a conocer su modelo de gestión a todos los inversores, al mercado y a la sociedad.
El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, ha sido el encargado de entregar al presidente de La Caixa, Isidro Fainé, el XLV Premio Llotja a la Mejor Información de Sociedades Mercantiles al Mercado y a sus Clientes, durante un acto que ha tenido lugar recientemente en la Casa Llotja de Mar, en Barcelona. El galardón reconoce el esfuerzo de transparencia de La Caixa, su labor en materia de responsabilidad social corporativa y su compromiso con la excelencia en el servicio.
Isidro Fainé ha mostado su agradecimiento, «en nombre de todo el equipo de profesionales de la entidad», por el reconocimiento que supone el Premio Llotja, el primero que recibe una caja de ahorros, y un galardón que, en palabras de Fainé, «se ha consolidado como uno de los más prestigiosos del mundo económico y empresarial”. Asimismo, el presidente de La Caixa ha resaltado el valor de la transparencia que, en el momento actual, “cobra más relevancia que nunca porque aporta credibilidad, que es la base de la confianza”. En un entorno complejo como el actual, Fainé ha considerado fundamental restaurar esa confianza y, para lograrlo, afirma, “se necesita mayores niveles de transparencia”.
La Caixa, en línea con sus valores corporativos de confianza, compromiso social y excelencia en el servicio, en los últimos años ha puesto un especial énfasis en vertebrar un sistema de información lo más «veraz, completo y accesible» posible, que dé a conocer a todos los inversores, al mercado y a la sociedad en general su modelo de gestión y su oferta financiera. “Un proyecto colectivo en el que participamos todos los empleados”, ha añadido Fainé. En este sentido, el máximo responsable de la entidad catalana se ha mostrado convencido que únicamente se puede generar confianza y credibilidad ante los clientes, el mercado y la sociedad «con una comunicación veraz, sostenida en el tiempo y con una alta exigencia de transparencia».
La primera edición de estos premios tuvo lugar en 1965, con el objetivo de reconocer a las sociedades anónimas cotizadas con las mejores memorias, a pesar de que en 1988 se amplió la convocatoria a las sociedades limitadas.