SMAGUA cerró sus puertas en Zaragoza con más de 1.500 firmas expositores y la presencia de representantes de 38 países.
“Los retos futuros de la desalación” fue el tema central de la última jornada del certamen.
El Salón Internacional del Agua y del Riego, SMAGUA, considerada una de las ferias más importantes para la industria del agua, cerró su edición de 2010 el pasado viernes 5 de marzo en Feria de Zaragoza con más de 50.000 profesionales de los sectores del agua y medio ambiente, las instalaciones deportivas y los equipamientos municipales, que visitaron el certamen.
En el recinto ferial se dieron cita las empresas más punteras e innovadoras a nivel internacional, con la presencia de representantes de 38 países procedentes de los cinco continentes.
Las firmas expositoras que han participado, un total de más de 1.500, han mostrado un alto grado de perfeccionamiento y apuesta por la tecnología, con la presencia de 47 novedades en todos los sectores que alberga el salón.
Dentro de las distintas actividades del certamen se abordaron asuntos como la reutilización de aguas en el entorno doméstico e industrial, el control de calidad, la gestión de depuración y fangos, el ahorro del recurso hídrico, o los retos futuros de la desalación.
SMAGUA fue visitada por más de 100 delegaciones extranjeras, para lo que se contó con la colaboración de Fluidex, Asociación Española de Exportadores de Equipos para Manipulación de Fluidos, y Amec (Asociación Española de Medio Ambiente).
En los encuentros bilaterales ‘be2ween’ promovidos por la CREA celebrados los días 2 y 3 de marzo, participaron 130 empresas de catorce países con el objetivo de buscar negocios y alianzas de cooperación.
“Los retos futuros de la desalación” fue el tema central de la última de las jornadas técnicas celebradas en el marco de SMAGUA. En el marco de este debate, los expertos defendieron la construcción de plantas desaladoras como solución estructural a la sequía y como proceso que servirá de herramienta “tanto en el presente como en el futuro”.
Alberto Letona, el director comercial de CADAGUA, incidió en la importancia de llevar a cabo procesos desalinizadores mediante la ultrafiltración con membrana. Se trata, según expuso, de un nuevo método con el que lograr una mayor calidad de agua desalada. “Este mecanismo alcanza más calidad en el agua tratada que en el sistema convencional, lo que supone menos paradas del proceso, menos tiempos de limpieza y una reducción sustancial de los costes”, explicó Letona.
A su juicio, se debe tratar de combinar la desinfección y los filtros de cartuchos para conseguir “una mayor barrera de seguridad” y un mayor rigor de calidad. El responsable de CADAGUA concluyó apuntando que el comportamiento de una planta desaladora depende del origen de la captación y del buen diseño del pretratamiento. Como elemento de futuro cercano para este nuevo tratamiento sugirió la necesidad de unificar la experiencia con la contención del precio.
Marta Verde, de la dirección de financiación estructuradas de INIMA, participó en la mesa para hablar sobre la estructura financiera en concesiones de desalación. Verde afirmó que “el proceso no finaliza una vez que hayamos instalado una planta, sino que debemos de continuar ofreciendo flujos y buscando resultados”.
La experta destacó que para que la implantación de plantas y desaladoras consigan ser efectivas “debemos será, además de sostenibles, financieramente rentables”. Para Marta Verde, la rentabilidad de una planta sólo se obtiene si “somos capaces de conexionar una adecuada financiación de un proyecto con una buena estructuración técnica”.